Durante siglos se estudiaron distintas maneras de evitar, o en su defecto mitigar, los efectos de los continuos naufragios que se producían a la entrada de nuestro puerto.
En los años 80 del siglo XVIII se proyecta la construcción en los arenales de Portugalete de un almacén “para la custodia de, efectos, fragmentos de navíos que pudiesen vararse por esta parte y, un cuartito para el refugio del Piloto Mayor de Barra en las tempestades, las veces que, desde la punta del muelle le precisa hacer sus señas a las embarcaciones que se hallan fuera de Barra sobre la entrada de ellas y, en consecuencia, también del aviso dado con anticipación de esta”.
Se considera que el mismo debía de estar situado en un lugar próximo al Solar ya que “el beneficio y utilidad que resultaba en construirse dicho almacén así al común, como en caso de varamiento o naufragio de embarcaciones y demás” era algo notable debido las inclemencias y características que configuraban la ría en esta parte de su desembocadura.
Casi medio siglo después, concretamente el 24 de julio de 1824 se acuerda “sacar a remate la reconstrucción de un trozo de muelle, de 175 pies de longitud y 22 de altura, que estaba arruinado, en la margen izquierda, cerca de la desembocadura y frente al almacén de auxilios que tenía allí el Consulado, y que aún existe” efectuándose estos trabajos durante los años 1824 y 1825.
Este mismo año de 1824 se resuelve la construcción de “la torre de señales en el extremo o cabeza del muelle de Portugalete”.
Si bien el proyecto de la Torre de Señales data de 1824, conocemos por un documento escrito en 1849 por el Piloto Mayor, cómo habiendo "quedado parada la obra de la torre de señales de la punta del muelle de Portugalete, me es imposible hacer, desde ella, ninguna señal con la bandera, a los buques".
Años antes, junto a esta torre, se instala un cabrestante, una herramienta pensada para auxiliar a todo tipo de embarcaciones que pudieran tener dificultades en este tramo de la ría y poder acercarlas a zona segura.
En 1848 este instrumento se encontraba completamente inservible. En un pormenorizado informe firmado por Juan de la Quintana, Piloto Mayor en esas fechas, se indica que “Ha sido reconocido el cabrestante que se halla en el muelle del S.O. inmediato a la casilla de señales y ha resultado que, está inservible, por tener el espigón pasmado”.
En el mismo documento se indica que como alternativa a esta herramienta y a modo de auxilio “pueden ser muy útiles para darle a algún buque que, se le quede el viento en la barra, desde la punta del muelle, dos estachas de 120 brazas de largo y cuarto de grueso. El Sr. Rocacoechea, las tiene de abacá y creo, saldrán más baratas y serán mejores para aquel objeto”.
La primera muestra gráfica de este cabrestante, así como de la ubicación exacta del mismo, la encontramos en uno de los grabados realizados por Pedro Pérez de Castro a mediados del siglo XIX. En el grabado titulado "Torre de Señales en el Puerto de Portugalete" se puede observar la citada torre, la maquinaria indicada además de visibles restos de un naufragio que flotan en las inmediaciones de nuestra costa.
Una herramienta utilizada para poder salvar vidas humanas.
A.P.T.
Eskerrik asko Alfredo.....
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