En sucesivas entradas he ido insertando diversas informaciones relativas a la importancia que tuvo en el pasado, sobre todo durante el siglo XIX, la villa de Portugalete como lugar de esparcimiento en las épocas estivales.
Portugalete se llenaba de infinidad de visitantes venidos de diferentes puntos geográficos de la península, muchos de los mismos procedían de la capital del reino encontrándose una nutrida representación entre las clases dirigentes y de influencia económica y política del momento.
Naturalmente para poder satisfacer un correcto servicio de hospedaje a esta importante presencia foránea se debía de contar con una significada infraestructura de fondas, hoteles y restaurantes cuyo servicio debía de ser lo más esmerado posible.
Como ya he reflejado en otra de las entradas dedicadas a las fondas, los hosteleros publicitaban su cocina, las vistas, la situación de sus establecimientos, los precios y hasta los idiomas en los que podían ser atendidos los clientes, claro síntoma de que aparte de los propios de otras provincias, también era notable la presencia de los veraneantes procedentes de otros países.
Hasta la fecha lo más significativo para albergar y distraer a esta concurrida clientela siempre se ha emparejado con el antiguo balneario enclavado en la playa del Salto y el hotel de Manuel Calvo, imponente edificio edificado junto a la plaza y que tras un incendio no ha llegado hasta nuestros días, encontrándose en su lugar una construcción de considerable parecido.
En la entrada referente a las fondas ya indiqué otros establecimientos donde se alojaban los veraneantes, dedicando la entrada de hoy a otro tipo de establecimientos que han pasado desapercibidos hasta el momento.
La primera referencia la tenemos en 1851 cuando la prensa del momento recoge la inauguración de un establecimiento de nombre “El Peñón” el 1 de julio de ese mismo año. El mismo ofertaba baños templados de agua de mar, siendo recomendado por sus propietarios por: “su pureza, comodidad y buenas vistas”.
En lo que a los centros de alojamiento se refiere cabe mencionar el “Hotel Buena-Vista de Mendizabal”, establecimiento establecido en Portugalete en 1887.
Según la publicidad del momento, el establecimiento se encontraba situado en la última casa del muelle nuevo portugalujo, con vistas al mar, contando con un esmerado servicio y precios económicos.
Como se puede observar por los datos que en esta entrada se insertan, Portugalete cuenta en estos años con una nutrida red hostelera, reforzada con el alquiler de casas vacías o de habitaciones por días en domicilios particulares, todo ello capaz de adsorber una importante colonia veraniega que hacía aumentar la población autóctona en número.
Espero que la entrada guste y hasta la próxima.
2 comentarios:
Felicidades por las 20.000 visitas y los 45 países desde los que han leído tu bitácora.
Por cierto que he leído un comentario en el de las censuras y me he quedado estupefacto al comprobar como de una película que dura como dos horas han tomado el mismo fotograma que aparece en tu bitácora. Hay casualidades que dan risa.
Soro
Cada dia me gusta mas MI pueblo;gracias por recordar lo que fuimos antes de tanto posao, haber si vamos recuperando todo lo que hemos destrozado.
Jo ta ke irabazi arte.
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