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jueves, 1 de septiembre de 2016

PORTUGALETE EN EL SIGLO XIX.



En unos días se celebrará la tradicional fiesta de San Nicolás en el Muelle Viejo portugalujo, núcleo urbano desde el que nace y se expande la mayor parte de la población de nuestra villa.

De esta parte de la localidad se conocen diversos documentos gráficos en los que se puede apreciar la creciente evolución urbana de la zona. Desde los muelles que se encontraban a escasos metros de las viviendas hasta los continuos ensanches ganando terreno a la ría, en un principio para la construcción del ferrocarril y posteriormente con los diques donde amarrarán durante décadas barcos y remolcadores.

Por tal motivo, hoy acerco al blog una fotografía tomada en el último cuarto del pasado siglo XIX, una imagen en la que se puede apreciar lo que fue la esencia de esta zona portugaluja en esas fechas en las que se pueden apreciar las edificaciones construidas a escasos metros de la ría y que tal como me contaba mi amama, desde la casa donde nacimos tres generaciones de nuestra familia, se podía pescar con caña desde el balcón.

La imagen recoge otros lugares de la villa como la plaza, así como las edificaciones más próximas a esta zona y como se puede apreciar en la fotografía, también han sufrido una profunda transformación.

Diversas lanchas de todo tipo descansan sobre el fondo de la ría descubierto por una gran bajamar dejando ver como se ganaban la vida algunos de los habitantes de la villa en esas fechas.  

Se pueden observar también en la fotografía, calles como la actual Casilda Iturrizar como difieren mucho de lo que conocemos en estas fechas de esta zona.

Esta entrada se la dedico a un buen amigo del Muelle Viejo con el que me suelo encontrar de manera frecuente y que sé que sigue el blog con asiduidad. Tal como le he indicado, espero que esta fotografía le guste, siendo una de las más completas de las que tengo conocimiento que han inmortalizado una parte muy completa de la villa en el siglo XIX. 

Hasta la próxima.  

viernes, 5 de agosto de 2016

EL GAZAPO DEL DÍA (IV)


Continuando con la serie sobre “Gazapos” que vamos localizando en diferentes medios, tanto escritos como audiovisuales, hoy acerco al blog una serie errores que se pueden observar en un video realizado por el diario El Correo en el que se da cuenta de la celebración del 123 aniversario de la construcción del Puente Vizcaya.

Un video de calidad en lo que a medios se refiere pero que queda empañado por el considerable número de incorrecciones que se manifiestan en el mismo casi desde el mismo momento de su inicio, unas incorrecciones que hubieran sido fácilmente subsanables si se hubiera realizado una buena labor de documentación, ya que, sobre el Puente Vizcaya y su constructor, existen gran número de trabajos muy completos y de gran interés de acceso público.

El primero de los gazapos lo encontramos tan solo a los diez segundos de comenzar el video cuando la voz que la explicando su historia indica como autor del Puente Vizcaya a Alberto de Palacio Elisague, siendo su segundo apellido Elisagüe y su verdadero nombre Paz Martín Alberto Palacio Elisagüe, sin la preposición “de” que tanto gusta a algunos para dar rimbombancia a determinados nombres.

El segundo de los gazapos, solamente otros diez segundos después del primero, lo encontramos al manifestar la misma voz que la construcción del Puente Vizcaya comienza en 1888 y que por lo tanto se finalizó cinco años más tarde.

De sobra es conocido que las obras comenzaron en 1890, es decir, dos años más tarde de la fecha que le atribuye el reportaje del diario El Correo y que finalizan el 28 de julio de 1893 con su inauguración oficial, es decir, tres años de trabajos.

Para las personas a las que les guste la exactitud les puedo indicar que la fecha en la que comienzan las obras es el 10 de abril de 1890 con la socavación de los pozos en el lado de Portugalete donde posteriormente se levantarían las torres en esta margen de la ría.

La compañía M.A. Palacio y Cía. para la construcción y explotación del futuro puente transbordador se constituye unos días antes de la fecha de inicio de los trabajos, concretamente el 7 de abril de 1890.   

Indicar que el proyecto inicial de construcción recogía como periodo de finalización del total del Puente Vizcaya la fecha del 28 de mayo de 1891, fecha que nunca llegó a cumplirse debido a los innumerables desacuerdos entre el constructor Ferdinand Arnodin y el autor de la obra Alberto Palacio Elisagüe. Llegados a este extremo cabe indicar que ni Alberto Palacio ni Ferdinand Arnodin fueron nunca discípulos del célebre ingeniero Eiffel, tal como se viene repitiendo en gran número de publicaciones dedicadas a esta construcción de un tiempo a esta parte.

Otra de las afirmaciones del reportaje en la que no puedo estar de acuerdo es cuando se indica que esta obra de ingeniería agonizaba en 1995 y que fue “necesaria una profunda reforma que evitó su derrumbe”.  Si bien es cierto que en aquellas fechas el Puente Vizcaya no se encontraba en su mejor momento y que las inversiones en este conjunto monumental por parte del anterior grupo gestor habían sido muy escasas durante el siglo que duró su administración, destacando de entre las mismas los diferentes cambios de barquilla, la afirmación de que el mismo se encontraba al borde del derrumbe me parece una exageración sin mucho fundamento.

Sin entrar en valorar el conjunto del reportaje y el resto del contenido que en el mismo se muestra, solo me cabe indicar que conociendo los medios que tiene este grupo editorial me parece que este tipo de gazapos son sobradamente prescindibles si la labor de documentación se hubiera realizado con rigor.

Finalmente agradecer a las personas que de distintas maneras me hacen llegar diferentes gazapos y gracias por la gran acogida que ha tenido esta nueva sección del blog.


Espero que la entrada guste y hasta la próxima.             

lunes, 30 de mayo de 2016

LOS TRABAJADORES EN LA ESTATUA DE VÍCTOR CHAVARRI



Hace años acerqué al blog la identidad de los dos trabajadores que sirvieron al gran escultor Miguel Blay como modelos en el conjunto escultórico que desde comienzos del pasado siglo se levanta en Portugalete en honor del empresario Víctor Chavarri.

Por ese motivo me ha causado cierta perplejidad (bueno tampoco mucha, la verdad) observar a la concejala de cultura en una rueda de prensa identificar con el nombre de Domingo Barinaga-Rementeria, popularmente conocido como “Txomin Garro”, oriundo de Markina, al barrenador del conjunto escultórico, en un homenaje organizado al mismo por el Museo de la Minería del País Vasco. 

La misma manifestaba en su rueda de prensa como diversos investigadores (¿diversos?) le atribuían el nombre de “Txomin Garro” siendo oriundo de Markina.

Según los datos que yo manejé en las distintas entradas del blog relativas a este tema, tomando como referencia la prensa local en fechas posteriores a construcción de la estatua de Chavarri, uno de los trabajadores del conjunto escultórico se trataba de Silvano Fernández, natural de Asturias y trabajador de una empresa metalúrgica.




El otro, el barrenador, se trataba de Pedro Otaduy, nacido en Mondragón y trabajador de las minas de Núñez de Bilbao en 1902, lugar donde fue localizado por Blay como modelo de su futura obra.  
   
Naturalmente lo mejor para intentar solventar de una manera acertada este tipo de controversias es consultar los archivos donde se pueden constatar el origen de las citadas personas. Si bien en el caso del asturiano Silvano parece existir una unanimidad sobre el nombre, origen y oficio, las dudas sobre la identidad del barrenador su pueden disipar consultando los registro sacramentales así como otro tipo de documentos escritos que han llegado hasta nuestros días.

Si tomamos como referencia el nombre de Domingo Barinaga-Rementeria también conocido como “Txomin Garro” encontramos su único origen como identidad del barrenador en el trabajo de Rubén Las Hayas Núñez (bajo seudónimo de Juan de Pagoeta) “Portugalete y su Gente” dentro de la página 161 encabezada con el  título “Domingo Barinaga-Rementria y Silvano Fernández. Los Obreros de la Estatua”.




El citado autor indica en buena parte de este apartado como la identidad del barrenador corresponde a Domingo Barinaga-Rementeria, sin embargo en la parte final del mismo dice que tras escribir este apartado basándose en un trabajo de Pedro Heredia, había localizado en un ejemplar suelto de la revista El Abra correspondiente a 1928 como “en un próximo número publicarían una entrevista con Pedro Otaduy que sirvió de modelo al garzón que figura en el monumento”.

Posterior a esa afirmación y de manera reflexiva, el citado Rubén Las Hayas Núñez (Juan de Pagoeta) indica de manera literal “ante esta duda, que no puedo solventar, dejo abierta la investigación a los jóvenes historiadores portugalujos que a buen seguro nos lo aclararán”.




Naturalmente y después de leer al autor de estas líneas, el señor Las Hayas a pesar de encabezar el apartado de su trabajo bajo el título “Domingo Barinaga-Rementria y Silvano Fernández. Los Obreros de la Estatua”, desconocía, como el mismo manifiesta, si el barrenador es el citado Barinaga-Rementería o Pedro Otaduy (curioso). 

Bueno ya que este autor no nos deja claro si se trata de uno o del otro, lo mejor es consultar los registros sacramentales dela localidad donde el señor Las Hayas nos indica que es originario el barrenador Domingo Barinaga-Rementeria.

Según los mismos en la citada localidad de Markina nacieron varias personas con el mismo nombre y apellido, destacando de entre ellos por las fechas en las que nos encontramos a Domingo Barinaga – Rementeria Aransolo, nacido en Markina el 18 de julio de 1891. Hijo de José Ignacio Barinaga Rementeria Mendibe y de Mónica Aransolo Gárate. Bautizado en la iglesia de Santo Tomás Apóstol de Markina-Xemein. Naturalmente según el aspecto físico del barrenador que inmortalizó Blay, este “Domingo” en concreto sería demasiado joven para ser el trabajador minero. 




Tenemos así mismo a Juan Domingo Barinaga-Rementeria Mendive, tío del anterior y como su sobrino nacido en la misma localidad, este el 15 de febrero de 1847. Este tampoco creo que sea el citado barrenador ya que sería demasiado mayor ya que según el autor Las Hayas este fallece a los pocos años de servir de modelo, indicando una periodista este pasado domingo en el suplemento de El Correo, a la edad de 36 años, y este "Domingo" tendría 56 años.  

Tenemos también a Domingo Maria Barinagarementeria Uberuaga, también de Markina y nacido el 20 de septiembre de 1834. Naturalmente, este “Domingo” se no va en mucho en edad.

Tenemos finalmente a otro “Domingo” no correspondiendo el apellido, ya que nuestro biografiado es Barinaga-Rementeria y este sin embargo es solamente Barinaga, no figurando más datos sobre el mismo, ni nombre de padres ni más información que nos aclaren su identidad.  

Existe una página familiar en internet en la que se da como cierta la información del libro del señor Las Hayas, adecuándola a uno de los antecesores del autor de la misma.




En esta página se da como el modelo barrenador a Domingo María de Barinaga Rementeria y Urquiola, nacido el 1-X-1870 en la anteiglesia de Etxebarria (Bizkaia), que no Markina como se cita en los anteriores escritos sobre el citado barrenador. No se aportan más pruebas que la propia afirmación del autor del escrito. Ni incluso en el texto que acompaña a este apartado dentro de esta página de genealogía, redactado por Roberto Hernández Gallejones el 2 de diciembre de 1987 en el que se dan unas breves e intrascendentes pinceladas sobre el conjunto histórico realizado por Blay, se hace referencia alguna a la afirmación que realiza el autor de ese trabajo.

Si tenemos en cuenta esta nueva localidad como origen de Domingo Barinaga-Rementeria, cabe citar que en Etxebarria y en el mismo año nace Domingo Florencio Barinaga- Rementeria Gomendio Celayeta el 9 de octubre de 1870. Una persona con el mismo nombre y apellido que el barrenador al que se le atribuye su nacimiento en esta localidad bizkaina.

Por lo tanto y teniendo en cuenta los datos que se aportan, en Markina no nació en las fechas que nos ocupa persona alguna que reúna las características necesarias para ser considerado el modelo de Blay. 

Si cambiamos de localidad, Markina por Etxebarria, tampoco podemos clarificar si alguno de los dos nacidos en la misma fecha fue el barrenador minero.  



La única fuente que ha alimentado esta pequeña polémica ha sido el trabajo del citado Rubén Las Hayas (Juan de Pagoeta) a pesar de como manifiesta el mismo en los últimos párrafos del mismo “ante esta duda, que no puedo solventar, dejo abierta la investigación a los jóvenes historiadores portugalujos que a buen seguro nos lo aclararán”.

Que el barrenador era Pedro Otaduy nos lo dice el propio Pedro en una entrevista de prensa en la revista El Abra del año 1928, el diario “El Sol” de fecha 7 de septiembre de 1928 y algunos testimonios más que han llegado hasta nuestros días.

¿Y quien podría ser Pedro Otaduy?. Pudiera tratarse de Pedro Maria Otaduy Yruracampos, nacido en Arrasate el 13 de septiembre de 1869, hijo de Pedro Antonio Otaduy Madinabeitia y Manuela Francisca Yruracampos Gorosabel, tal como consta en el libro registro de nacimientos de la citada localidad. Esta información basada en los datos que el mismo aporta sobre su nombre y lugar de nacimiento.



Desde estas líneas quiero felicitar al Museo de la Minería del País Vasco por su iniciativa en reconocer la labor de miles de obreros en la figura del barrenador de la estatua de Víctor Chavarri, llamese Pedro Otaduy o Domingo Barinaga-Rementeria, algo que no se realiza de manera habitual y que en un número importante de las ocasiones en las que se realiza siempre va sujeto al ideario o carné político de la persona homenajeada.

Sin embargo si quiero realizar una reflexión sobre el rigor histórico que debería de regir cualquier acto organizado o amparado por el departamento de cultura local. Si con la tradición histórica que tiene esta villa no se sustenta con un rigor a prueba de toda duda, evitaremos la chanza, bromas y risas que se han dado en ciertos círculos a raíz de actos como los que aquí se describen.

Espero que la entrada guste y hasta la próxima.