Portugalete ha dado al mundo a lo largo de su historia reconocidos hombres de mar. Desde capitanes y almirantes hasta infinidad de personas relacionadas con todos los campos del mundo y el arte de navegar.
Hoy traigo al blog a un portugalujo que capitaneo un curioso y arriesgado proyecto a finales de los años 50 del pasado siglo XX. José María Tey Planas, empresario químico residente en Barcelona y nacido en Portugalete en 1919, realizó una curiosa expedición mandando un Junco chino el cual surco varios mares hasta llegar desde Hong-Kong hasta el puerto de Barcelona.
La expedición comienza el 17 de enero de 1959 finalizando el 9 de septiembre del mismo año tras arribar los siete tripulantes que componen la tripulación al puerto de Barcelona.
El viaje estuvo lleno de peripecias pasando un fuerte temporal en el golfo de Bengala, los arrecifes del Mar Rojo o sus relaciones con los nativos de Socotora a los cuales les regalo unas castañuelas y panderetas.
Para formarse en el mundo de la navegación Josetxu Tey estudió durante cinco meses en la Escuela Náutica de Barcelona obteniendo el título de Capitán de yate, con financiación propia se organizó durante meses esta expedición finalizando la misma en el puerto y en la fecha citada.
Durante la travesía, Tey y sus compañeros, realizaron varios documentales sobre esta travesía, así como infinidad de fotografías y diapositivas inmortalizando este importante viaje a vela.
Al final del mismo y como reconocimiento a su gesta, las autoridades del momento condecoraron al portugalujo Tey con la Cruz al Mérito Naval de primera clase con distintivo blanco.
El junco de nombre “Rubia” permaneció durante mucho tiempo amarrado en el puerto de la ciudad condal hasta que el mismo a consecuencia de un accidente se hundió en las aguas catalanas.
Durante muchos años, esta expedición fue recordada y reconocida en Catalunya, ofreciendo Tey gran número de entrevistas sobre todas las peripecias de este viaje.
Otro portugalujo que ha pasado desapercibido, tanto él, como su gesta, en su Portugalete natal.
Espero que la entrada guste y hasta la próxima.
2 comentarios:
Debió disfrutar como nadie. Seguro que perdió el aliento innumerables veces. Para algunos la vida no la miden los latidos del corazón sino las veces que pierdes el aliento.
Nunca he dejado de recordarte y cada día te quiero más papa.
Siéndote sincero, al principio, me daba miedo olvidarme de tu cara, de tu forma de ser, de ti... Pero a medida que han ido pasando los años, me he dado cuenta de que eso es imposible. Siempre te voy a recordar, a pesar de que solo te tuve 17 o 18 años... Te añoro mucho, abuelo. Y te quiero aún más! Ojalá estés orgulloso de mi, allí donde estés.
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