Si bien ayer traía al blog a uno de los militares que participó de manera activa en la defensa de Portugalete durante el primer sitio carlista vivido por la localidad, hoy acerco la biografía de Manuel Valdés Casasola artífice y autor de las defensas con las que contó nuestra villa en esa etapa de nuestra historia.
Los datos están tomados del Nº 66 del Memorial del Arma de Ingenieros del mes de junio del 2002, estudio realizado por Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño Coronel de Ingenieros. Se ha respetado, como es norma de este blog, el texto original del autor.
Poco a poco van apareciendo datos de los protagonistas de esta primera contienda, complementando los ya muy conocidos de la última y más sangrienta.
Espero que la entrada guste y hasta la próxima.
Manuel VALDÉS Y CASASOLA,. Mariscal de Campo, procedente de Ingenieros. Cruz de
San Fernando de 1.ª Clase.
Nació en Écija en 1796. Guardiamarina en 1815, ese mismo año pasaba a ser cadete del Regimiento de Zapadores-Minadores, ingresando en la Academia de Alcalá en 1819.
En 1823 y como consecuencia de la entrada de «Los cien mil Hijos de San Luis», la Academia se trasladaba sucesivamente a Granada y Málaga, donde celebraba exámenes, fruto de los cuales Valdés salía como Teniente de Ingenieros. Depurado por sus ideas liberales, en 1828 era rehabilitado pero solo como subteniente alumno, por lo que continuó los estudios en la Academia a la que acompaña en sus desplazamientos a Avila de los Caballeros y Talavera de La Reina, obteniendo finalmente el grado de Teniente en 1830.En 1832 formaba parte del Ejército de Portugal, pasando posteriormente, comenzada la 1.ª Guerra Carlista, al Ejército del Norte. En 1834 tomó parte en la defensa de Vitoria, pasando después a fortificar Elizondo, donde sufrió cinco sitios. En 1835 fortificaba Lumbier, pasando posteriormente a Bilbao donde proyectó defensas de la ciudad, de su ría e incluso de Portugalete.
Durante los tres sitios trabajaría además en la reparación de baterías, brechas, y en la ejecución de contraminas. En 1837 se encontraba en Guipúzcoa trabajando en las líneas de Oriamendi, Hernani y Andoain.
En el desastre de Andoain, en plena retirada de las tropas «Critinas» en total desorden, pudo reunir unos cien hombres con los que siguió ordenadamente la retirada hasta que fue hecho prisionero por el Batallón Navarro en Lasarte. Gracias a su valor, reconocido por el enemigo, pudo salvar su vida y la de sus hombres por pacto, al entregarse a los navarros y a pesar de que éstos recibieron la orden de exterminio. Fue canjeado en diciembre de 1838, cuando tenía preparada la evasión que no pudo culminar por haber caído gravemente enfermo.
De 1838 a 1843, dirigió las obras de defensa de Gijón, pasando en 1848 a la dirección de la Fortaleza de Mahón, llamada de Isabel II o de la Mola.
En 1851 era destinado a Cuba donde permaneció hasta el siguiente año en que volvía a la Península por enfermedad. En 1858 se encontraba en Ceuta proyectando mejoras en sus
fortificaciones, hasta 1863, en que ascendido a Brigadier se le destina como jefe de la Dirección
de Ingenieros de las Vascongadas, y en 1867, ya Mariscal de Campo a la de Castilla la Nueva.
fortificaciones, hasta 1863, en que ascendido a Brigadier se le destina como jefe de la Dirección
de Ingenieros de las Vascongadas, y en 1867, ya Mariscal de Campo a la de Castilla la Nueva.
Murió en 1881.
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