En estas fechas en las que estamos conmemorando el 500 aniversario de la última expedición en la que participó Juan Sebastián de Elcano, el primer navegante que logró dar la vuelta al mundo, sería bueno recodar la importancia de nuestro puerto y nuestros artesanos en la construcción de embarcaciones de todo tipo, una actividad que perduró durante muchos siglos.
Uno de los más relevantes, al menos por la trascendencia de
la documentación que del mismo conservamos, fue de Manuel Antonio Arrospide
Urquiola.
Manuel contrae matrimonio con Micaela Alcorta Villa Baso con
la que tuvo al menos dos hijos, Manuel nacido en Portugalete el 11 de enero de
1741 y Julián nacido también en Portugalete, el 7 de enero de 1745.
Arrospide dedicó su actividad laboral a la construcción y
reparación de infraestructuras relacionadas con la carpintería, existiendo
diversas referencias sobre su trabajo profesional en varios campos.
En la década de los años 30 del siglo XVIII se le encuentra
reparando la torre de la iglesia de Portugalete por lo que se le abona la cantidad de 8.200 reales.
En 1740 le tenemos trasladando una carta de pago ante la
Universidad y Casa de Contratación de la Villa de Bilbao por las obras de
cantería por “dos mil pies de muelles en la barra y canal del puerto de
Portugalete”. En dicho documento se le denomina a Manuel de Arrospide como
maestro carpintero.
Las actividades dentro de la mejora de muelles, obras de reparación y diversos trabajos relativos al mantenimiento de la ría, son unas de las constantes dentro de su trabajo, algo que se comprueba por su contratación durante décadas por organismos públicos.
El 4 de marzo de 1742 Manuel de Arróspide junto con un grupo
de portugalujos acuerdan la construcción de un barco corsario de 26 codos de
quilla con sus dos palos en el astillero “paraje más propicio del puerto y
jurizdicion de esta villa”, de Portugalete, costeándose a partes iguales, encargándose
de dirigir la obra Pedro de Balparda, a quien, por ser el comisario armador, se
le entregaría la primera presa de corso siendo también el capitán de esta embarcación.
Diez años después (1752) le encontramos talando árboles para
la construcción de lanchones y lanchas para el Real Arsenal de El Ferrol, en la
localidad cántabra de Castro Urdiales.
En la Real Chancillería de Valladolid se conservan diversos litigios
sobre inversiones realizadas por Manuel de Arrospide en la construcción de seis
navíos de guerra en el astillero cántabro de Guarnizo.
Pero donde su trabajo como carpintero especialista en la
construcción naval ha perdurado es gracias a la conservación de varios planos
de embarcaciones de la época que se atesoran en el Archivo Histórico de la
Armada.
Uno de estos se encuentra realizado el 12 de mayo de 1789
mientras el segundo está fechado el 1 de abril de 1790. Los dos documentos
están realizados en Portugalete tal como se puede apreciar en la explicación de
estos junto a la firma de Manuel de Arrospide.
Estos documentos detallan la construcción de naves de gran
tonelaje en el siglo XVIII, incluyendo sus características, medidas, ángulos y
otros factores relevantes.
Arrospide dibuja de manera magnífica las secciones de estos
barcos, la quilla, las cuadernas, el conjunto del casco, una obra gráfica que
ha podido ser conservada y preservada que nos retrotrae a este arte naval que
fue muy importante en la sociedad y economía portugaluja del momento.
Manuel de Arrospide fallecía en Portugalete el 20 de julio
de 1796 tras una dilatada carrera profesional como constructor en el mundo
naval.
Otro portugalujo para recordar dentro de la villa jarrillera.
A.P.T.