miércoles, 30 de marzo de 2016

EN EL 80 ANIVERSARIO DE LA GUERRA CIVIL. ENTREGA DE UNA BANDERA POR PARTE DE UN GRUPO DE MUJERES DE PORTUGALETE A UNA COMPAÑÍA DE LA U.G.T.



En julio de este año se cumplirán 80 años del comienzo de la guerra civil, unos sucesos que dejó marcada a toda sociedad de este país durante generaciones y cuyas consecuencias todavía perviven en la actualidad.

Estos acontecimientos han sido la principal fuente para la realización de infinidad de estudios de todas las características, analizándose situaciones, organizaciones o la implicación o protagonismo que tuvieron en esas fechas diferentes miembros de la sociedad del momento.

En una contienda de esas características las distintas partes en conflicto se organizan militarmente  ya que es en el campo de batalla donde se dirimen los triunfos o las derrotas con lo que ello supondrá en el futuro para la vida de todos ellos.

Portugalete como población contó con combatientes en los distintos bandos, organizándose todos ellos en la mayor parte de las ocasiones, según sus simpatías o afiliación ideológica.

En la entrada de hoy recojo uno de los momentos previos a la incorporación al frente de una de las organizaciones militarizadas, en este caso concreto la imagen que acompaña estas líneas recoge la entrega de una Bandera de Combate a la segunda compañía del tercer batallón de la Unión General de Trabajadores por parte de las mujeres antifascistas de la villa de Portugalete.

Esta compañía recogía entre sus miembros a un nutrido grupo de portugalujos, falleciendo algunos de los mismos en los combates previos a la caída de la capital vizcaína. 

La entrega de la bandera se realizó en los locales de la Confederación Nacional de Trabajadores situados en el Colegio del Sagrado Corazón en la Gran Vía bilbaína. La comisión que entrego la enseña estaba encabezada por parte del alcalde de la localidad jarrillera Cándido Busteros Orobengoa. 

En un acto muy concurrido, se pronunciaron diferentes discursos relativos a los momentos que se estaban viviendo en esas fechas en nuestra provincia, proclamando consignas y slogans contra las fuerzas levantadas en armas y en pro de un gobierno republicano.

A pesar de que la imagen que recoge este momento no es de gran calidad me ha parecido de interés poder acercar al blog una fotografía que inmortaliza ese momento en concreto y que tiene como protagonistas a un representativo grupo de portugalujos y portugalujas.

En sucesivas entradas continuaré insertando documentos relativos a ese oscuro espacio de nuestra historia.

Espero que la entrada guste y hasta la próxima.    

lunes, 28 de marzo de 2016

SOBRE LAS CALLES FRANQUISTAS DE PORTUGALETE



La verdad es que en ocasiones lees cosas en la prensa local que después de una carcajada sonora y profunda, de esas que te salen de lo más hondo de tu cuerpo y que una vez reflexionado sobre el motivo de la misma, una noticia en la que él o la  periodista de turno han tenido a bien compartir con todos nosotros algo fruto de su trabajo, te quedas parado y pronuncias en alto, o a este o esta no le han dicho la verdad o lo que es más grave, ha escrito lo que le ha venido en gana sin contrastar la información que publica, algo que últimamente se da mucho.

Esto es lo que me ha pasado cuando he leído en el suplemento dominical de El Correo un “certero” comentario en referencia al cambio de denominación de algunas calles de nuestros pueblos limítrofes en virtud del cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica en el que se manifestaba que en “Portugalete no se han detectado denominaciones dentro del callejero local que incumplan esta ley”, más en concreto, lo que la periodista indica de manera literal es: “en Portugalete no se ha detectado ninguna”, toma ya, con un par.   

Curiosamente en el citado artículo se menciona como calle con denominación franquista la calle baracaldesa “Paz” dedicada a los primeros 25 años de la instauración del régimen del General Franco por los concejales afines al mismo en esas fechas, sin embargo “en Portugalete no se ha detectado ninguna” a pesar de contar con una con el mismo nombre, curioso.

Otra denominación que perdura en el callejero local es la dedicada por los concejales portugalujos durante el régimen del General Franco, es decir, durante la dictadura, a Vázquez Mella, alguien a quien el conjunto de la población jarrillera le debemos de deber mucho y estar muy agradecidos ya que desde el 2 de noviembre de 1963 una placa con esa denominación se puede ver en una de nuestras calles.

Y quien era este desecho de virtudes al que el cambio de régimen y su consiguiente paso a la etapa democrática respetó con el beneplácito de concejales de todas las tendencias, si, de todas las tendencias, pues nada, un político asturiano (que no nacido en Portugalete) que fue diputado por Estella y Pamplona, que presentó un proyecto en las Cortes del momento en el que solicitaba la ilegalización de la Masonería (masones malos, malos masones, ya lo decía Franco), en el que solicitaba la expulsión de todos ellos de las administraciones del estado. Una persona que durante la primera guerra mundial apoyo sin fisuras al régimen germánico y otras lindezas por el estilo, representante de la causa carlista, esos carlistas que participaron en la contienda civil para enterrar la república y la democracia y que años atrás ya habían intentado por la fuerza de las armas colocar al jefe de su cuadrilla al frente de un régimen totalitario.  
  
Es curioso que este personaje se les haya escapado a nuestros sesudos concejales durante décadas, sesudos unos más que otros ya que algunos sí estuvieron ojo avizor con quien estaba y no estaba en el callejero local. Tal es así que a la llegada de la democracia algún avispado concejal que había pasado durante su dilatada vida política siendo representante de las filas de distintas tendencias y que terminó su carrera profesional cobrando una jubilación (muy buena jubilación) gracias a su representación institucional durante muchos años, se fijó, comprobó y detectó (esto último, lo de detectar es lo que más me deja perplejo, detectar…) que si existía en el callejero local una calle dedicada a José María de Areilza y Martínez Rodas, Marqués de Santa Rosa del Rio y Conde de Motrico consorte. 




No sé si fueron los títulos nobiliarios, algo insultante para algunos reconcentrados políticos que se autodenominan de izquierdas (por qué ser de una ideología o de otra se demuestra con los actos cotidianos y no con las siglas sobre las que muchos se esconden para realizar carrera profesional), o el discurso pronunciado por Areilza tras tomar posesión como primer alcalde de la villa de Bilbao tras la entrada de las tropas nacionales en la capital vizcaína durante la guerra civil, lo que motivó que el ayuntamiento de los primeros años de la democracia portugaluja decidiera retirarle la calle que hasta esas fechas tenía dedicada dentro de nuestro callejero local.

No se tuvo en cuenta que el Portugalujo José María de Areilza (este si había nacido en Portugalete el 3 de agosto de 1909 ) rompió con el franquismo en los años 60, que fue el Ministro de Asuntos Exteriores en el primer gobierno de la monarquía y por lo tanto el encargado de vender al resto de los países de aquí cerca y de lejos que la dictadura se había terminado, que fue nombrado en los años 80 Presidente del Consejo de Europa, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, miembro de la Real Academia Española donde ocupó el sillón G o que fue un literato premiado entre otros con el Premio Espasa de Ensayo en 1986. Una persona considerado por sus partidarios ideológicos así como por sus detractores como de una gran cultura, poseedor de reconocimientos internacionales y un largo etcétera. 

Y por último, tampoco se tuvo en cuenta que el mismo año que se decide retirarle la calle, el señor Areilza dona los terrenos donde se encontraba la antigua residencia familiar a la villa de Portugalete, terrenos donde se encuentra instalada en la actualidad la  guardería municipal, posiblemente uno de los mejores servicios que ofrece el consistorio jarrillero. Terrenos que si los pilla alguno que yo me se nos hace pisos de lujo y semi lujo, garajes, luces de colores y coloca a la mitad de la militancia de su partido que se encuentre en el paro en puestos de todo tipo.

A este si se le localizó pero sin embargo al azote de los masones que ni siquiera era de Portugalete, nada, que nadie se fijó en él.

Y ya lo que ha sido para destornillarse es que la principal vía para entrar en nuestra villa, la calle Carlos VII, calle dedicada al pretendiente de la tercera guerra carlista y que tiene el gran honor para todos los portugalujos de ser el responsable del bombardeo de nuestra villa hasta sumirla casi a escombros en el pasado siglo XIX (1873-1874), incendiarla, destruir su iglesia, responsable de cientos de muertos, se le conceda el honor de llevar su nombre a esta vía desde 19 de febrero de 1938, pocos meses después de la entrada de las tropas nacionales en Portugalete (22 de junio de 1937), siendo promulgada por los carlistones locales para glorificar a su máximo exponente ideológico. Una glorificación de unos de los bandos que se sublevó contra la legalidad republicana como otras glorificaciones que surgieron a golpe de decreto y sin oposición posible (ya se sabe que el que se movía en esas fechas no salía en la foto).

Una de las primeras decisiones que toma el bando vencedor y como toda decisión tomada en caliente demuestra a las claras el verdadero ser de las personas que lo promulgan, pasa sin detectarse desde 1938 hasta el año 2016. Aquí ya es que me mondo.   




La ley de Memoria Histórica en su  Artículo 15. Símbolos y monumentos públicos, indica de manera literal: “Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.  Si lo descrito con anterioridad no es la exaltación personal por parte de una de las partes sublevadas de una figura destacada de su ideología política aprovechando el poder recibido a través de la fuerza de las armas en un contexto en el que continua la guerra en otras partes de la península pero que la misma se ha terminado en Portugalete donde la población que ha combatido en el bando republicano o se encuentra presa, exiliada o escondida, bueno, parece que nuestros vecinos de los pueblos aledaños lo han visto claro y nosotros no lo hemos detectado (que bueno esto de que se detecten las cosas) posiblemente en Portugalete tengamos un problema de miopía.

¿Qué coño pinta una calle dedicada en 1938 a un pretendiente carlista que nunca gobernó, en una villa que fue sumida a escombros medio siglo antes por imperativo de esta persona, que entró montado en un caballo para comprobar “in-situ” como había quedado Portugalete después de varios meses de sitio agradeciéndole todo este sufrimiento dedicándole una calle en los comienzos puros y duros de la dictadura franquista?. ¿Veríamos normal que la villa de Gernika dedicara su arteria principal a la Legión Cóndor como agradecimiento del bombardeo?

Sin embargo, parece ser que estas particularidades, que se den nombres a calles en 1938 en plena guerra civil para glorificar a uno de los bandos sublevados, que se dediquen vías a personas que se dedicaron en vida a perseguir a opositores que formaban parte de sociedades y que incluso quisieron condenarlos a ser ciudadanos de segunda o tercera expulsándoles de la administración del estado por formar parte de las mismas, no ha sido detectado por nadie durante décadas en el consistorio local. Cojonudo, así nos va. ¿Cómo tomar entonces la retirada de la calle a José María de Areilza, como una decisión sectaria de alguno que le tenía ganas?.

Y lo mejor de todo es “En Portugalete no se ha detectado ninguna”, por favor, que me levanten del suelo que me caigo de la risa.

Una localidad como Portugalete con científicos, escritores, músicos, y personajes populares nacidos en el seno de la villa, que podrían estar representados para su recuerdo en calles o plazas locales, no se observa el nombre de ninguno de los mismos en el callejero local mientras observamos como permanecen nombres que precisamente no han dado alegrías a nuestra villa jarrillera.

Personas como Javier Mendoza o Mario Ángel Marrodán continuaran esperando a que alguien, alguna vez con criterio, se fije en sus méritos recordando sus trayectorias que en cualquier otra localidad les hubiera recordado como se merecen, pero estamos en Portugalete y esto aquí es más complicado, tenemos que buscar a alguien que les detecte y al parecer eso, hoy en día, es muy difícil.

Espero que la entrada guste y hasta la próxima.