lunes, 28 de septiembre de 2009

UN ESCENARIO DE DESPUES DE UNA GUERRA

Últimamente he insertado diversas informaciones e imágenes relacionadas con la guerra civil, el periodo más doloroso del pasado siglo XX.



En esta ocasión acerco la portada de un periódico del momento que da cuenta de la entrada de las tropas nacionales en Portugalete así como la rendición de varios batallones en nuestra localidad y unas imágenes de cómo quedó Portugalete tras este periodo bélico.




Creo que sobran los comentarios, por ese motivo no voy a documentar más esta entrada.



Hasta la próxima.

jueves, 24 de septiembre de 2009

LAS ALDEANAS DE LA PLAZA DEL MERCADO

La tradición de “las aldeanas” en el mercado portugalujo viene desde hace siglos. La venta de productos en nuestra plaza es algo tan arraigado como puede ser la misma presencia del quiosco de la música en el centro de la misma.

Las últimas entradas han estado dedicadas a sucesos acontecidos durante los años 30, una etapa convulsa llena de sufrimientos que tocaron a todas las capas sociales portugalujas.

En esta ocasión traigo al blog una pequeña poesía aparecida en la prensa de los años treinta, más concretamente el 11 de Setiembre de 1935, en la que aparecen dos pequeñas ataviadas de aldeanas y junto a las mismas, la inspiración del autor plasmada en papel en forma de rimas que cuentan las vivencias de unas aldeanas cuando se acercan al mercado jarrillero para la venta de sus productos, las personas a las que ven y el resultado de sus ventas.

Curiosa poesía, espero que guste y hasta la próxima.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

GUILLERMO CURIEL, JEFE DE LA GUARDIA MUNICIPAL

Durante los años 30 Portugalete vive una década convulsa llena de incidentes, manifestaciones, tiroteos y otra serie de avatares que no dejan indiferente a ninguno de los habitantes de la villa en esos momentos.

Los principales sucesos son la revolución de Octubre en 1934, la propia guerra civil y finalmente la posguerra con la purga de los sospechosos de pertenecer al bando republicano.

Uno de los protagonistas del momento que interviene en todos los acontecimientos y que finalmente es fusilado en Portugalete es sin lugar a dudas Gumersindo Curiel, Jefe de la Guardia Municipal.

Curiel, persona de marcada ideología republicana sufre en 1934 un atentado en las proximidades del bar Metro cuando se encontraba en compañía de Alejandro Aguado, conserje de un centro de enseñanza portugalujo.


Tras sufrir los dos varias heridas de bala, logran salvar la vida, sin embargo, Curiel tres después y tras caer preso en Cantabria es trasladado a Portugalete donde sufrirá fuertes torturas, humillaciones hasta que es fusilado en el cementerio. Esta persona merecería un estudio en profundidad de su trayectoria y vicisitudes durante estos años ya que se le encuentra como testigo o protagonista en buena parte de los acontecimientos que vive la localidad en esa década.



En esta ocasión traigo al blog una fotografía de Curiel y varios recortes de prensa en los que se describe el atentado que sufre a manos de los sectores más reaccionarios de Portugalete.

De esta persona se pueden encontrar datos en alguna de las publicaciones dedicadas a la historia jarrillera.


Espero que guste y hasta la próxima.

martes, 22 de septiembre de 2009

LA NAO VICTORIA

Esta tarde ha salido por las aguas de nuestro puerto la réplica de la nao Victoria, nave en la que Juan Sebastián Elcano dio la primera vuelta al mundo en 1522. La verdad es que ha sido todo un espectáculo poder contemplar esta embarcación junto con un moderno remolcador de los habitualmente navegan por la ría.
En esta entrada una imagen de este barco en el momento de su salida hacia el mar abierto.

lunes, 21 de septiembre de 2009

¿QUIENES SIRVIERON DE MODELOS PARA LA ESTATUA DE CHAVARRI?

Una de las curiosas polémicas que siempre han estado en los mentideros locales y que incluso se ha intentado subsanar en alguna de las publicaciones dedicadas a la historia de Portugalete, con no mucha fortuna ya que la explicación que se dio dejo más dudas de las que intentaba subsanar, ha sido la verdadera identidad de los modelos que sirvieron para la representación de los dos trabajadores que se encuentran en la estatua de Víctor Chavarri.

Consultando algunas publicaciones pasadas he encontrado esta noticia aparecida en los diarios en 1928 por la cual se da el nombre de uno de los protagonistas, pero, curiosamente, no se sabe cuál de los dos.

Inserto tal cual la noticia de prensa y que cada uno decida por si mismo.



sábado, 19 de septiembre de 2009

JUAN ARTASÁNCHEZ, JEFE DE LOS PRIMEROS GRUPOS ARMADOS DE PORTUGALETE DURANTE LOS PRIMEROS MOMENTOS DE LA GUERRA CIVIL

Continuando con el tema de la guerra civil y sus protagonistas en Portugalete, traigo en esta ocasión la reproducción de un artículo de Alberto Irigoyen, al que mando un saludo desde aquí, en el que da cuenta del libro publicado por el Santurtziarra Juan Artasanchez durante su exilio, persona muy vinculada con Portugalete, tanto en la época de la revolución de Octubre como posteriormente en los primeros momentos de la sublevación militar, siendo jefe de uno de los doce grupos armados organizados por el consistorio portugalujo en estos primeros momentos de la guerra civil.

El libro titulado “La fiesta terminó en tragedia” fue publicado en Uruguay durante su exilio, aportando datos relativos al primer periodo de la contienda en la villa jarrillera.
Como en todas las ocasiones en las que aporto datos sacados de la red, al final de esta entrada inserto el enlace para poder leer el artículo en su formato original.

A los tiempos de Rivera y TorquemadaLos fascistas nos querían llevar,Ayudados por naciones extranjerasComo Italia, Alemania y Portugal.En el campo de batalla está tu puestoCombatiendo al fascismo destructor,Combatirlo con arrojo y valentíaSi es que anhelas nuestra gran Revolución.Somos la legiónDe la Libertad,Y vamos unidosA la batalla por la igualdad.1


Tal como el propio autor lo manifestaba en el prólogo de su obra, “La fiesta terminó en tragedia” , ésta no pretendió ser una obra literaria sino tan sólo un testimonio sobre el “Principio del caos a que el Nazi –fascismo ha arrastrado al mundo” visto por un soldado del Ejército de la Libertad.
Es esta publicación, prácticamente desconocida y totalmente olvidada, la única de su tipo escrita por un refugiado vasco en Uruguay. A lo largo de una lectura fácil y amena, Artasánchez nos conduce por la geografía del norte peninsular en una encarnizada lucha que, a pesar de la particular crudeza de su descripción, no consigue opacar el entusiasmo de su autor, un joven anarquista de veintiún años convencido de la justicia de su causa.

Natural de Cabieces, Santurzi, donde nació el 23 de enero de 1915, Francisco Avelino Artasánchez Sánchez era hijo de Juan Artasánchez y de Aurora Sánchez, inmigrantes asturianos. Al inicio de la sublevación militar de 1936, se desempeñaba como obrero en una fábrica de ladrillos en Pino de Bureba, estando afiliado al Sindicato único CNT.

A través de su obra, sus artículos periodísticos y los escritos que conserva su familia, podemos seguir sus pasos en la guerra, cautiverio y exilio.

Voluntario de la primera hora, el mismo día del alzamiento ejerció la jefatura de uno de los doce grupos organizados en el Ayuntamiento de Portugalete entre quienes habían demostrado su devoción a la causa libertaria en los sucesos de Octubre de 1934. La misión que se le había encomendado a estos hombres era trasladarse a Pamplona y contrarrestar el frustrado golpe de Estado con las únicas armas que habían logrado reunir: 80 o 90 cartuchos de dinamita. Abortado este plan, en virtud de que jamás llegó la orden de trasladarse a la capital navarra, los milicianos realizaron una incursión en la ciudad armera de Eibar, donde lograron hacerse con algunas pistolas y escopetas de caza, armamento que creían les permitiría ser destinados al frente de batalla. No obstante su entusiasmo, sus intenciones serían frustradas por el improvisado Comité Popular de Bilbao, que determinó que sólo quienes contaran con armas largas de caño estriado podrían integrar las milicias.
Su frustración lograría un pronto desahogo en un cómico episodio que bien pudo haber terminado con trágicas consecuencias. Esa misma noche, organizados en patrullas para vigilar los alrededores del pueblo, el nerviosismo del momento provocó que la emprendieran a tiros con un grupo de “invasores” que resultó ser la patrulla de portugalujos que hacían lo propio en su sector. Sólo su inexperiencia y la carencia de armas apropiadas lograron evitar una tragedia.

Tras participar de algunas escaramuzas en Otxadiano, integró la defensa de la falda del monte Intxorta Txiki, siendo destinado más tarde a Campanzar. En esta última posición pasaría a revistar, una vez más como voluntario, la recién constituida Sección de Exploradores de Elorrio, encargada de inspeccionar las líneas enemigas y practicar sabotajes a convoyes. Poco después y en respuesta a las ordenes dadas por su organización, debió reintegrarse a su antiguo batallón. En diciembre de 1936, en el combate de Villareal, durante la batalla del monte Txavolepea, cercano al monte Albertia, el batallón sufriría 405 bajas, más de la mitad de la fuerza, siendo él mismo herido en una mano por la misma bala que segó la vida de su compañero.


En febrero de 1937, integrando uno de los seis batallones de la Brigada Vasca, fue destinado al frente de Oviedo, donde libró la sangrienta batalla por la toma de la ermita de San Claudio y la defensa de El Pando. Una vez más los vascos pagarían un alto precio y el batallón, que sufrió 210 bajas, perdió la tercera parte de sus miembros.

Relevado del frente asturiano el 31 de marzo, fue destinado a Durango, cerca de donde se libraba la batalla por el control del monte Albertia. Tras sufrir severos bombardeos de aviación y artillería en las Peñas de Garay, les fue encomendada la misión de contener las tropas enemigas acantonadas en Bermeo. En esta oportunidad, Artasánchez participa, nuevamente como voluntario, en la voladura del puente de Mundaca.

Por fin, tras diez meses de guerra, libró la que probablemente fuera su última batalla en suelo vasco. Ésta fue la defensa de los altos del Sollube, derrota que significó el principio del fin de la heroica defensa de Bilbao. El autor nada dice en su obra de los sucesos que mediaron entre este episodio, sucedido el 14 de mayo y el 19 de junio, fecha en que las primeras tropas franquistas entraron en la villa de Bilbao. Tampoco se refiere a su actuación desde esta fecha hasta el momento de su detención en Gijón, acaecida el 21 de octubre. Lo cierto es que a partir de allí, como tantos a otros defensores de la legalidad republicana, les aguardaban duros momentos de prueba en las cárceles de los defensores de la “Santa Cruzada”.

Hecho prisionero cuando intentaba huir en un barco pesquero rumbo a Francia, con la intención de reincorporarse al ejército republicano en Barcelona, fue trasladado dos meses más tarde al campo de concentración de Arsenal de la Carraca, Cádiz , donde permaneció recluido otros treinta meses.

En esta prisión conoció a Constantino del Pozo “Chaval”, natural de Mondragón, Guipúzcoa, quien sería su amigo inseparable por el resto de su vida. Trasladados al campo de concentración de Algeciras, la noche del 28 de abril de 1940 serían protagonistas de una fuga novelesca al nadar durante ocho horas para llegar a Gibraltar. El éxito de esta huída se debió al físico privilegiado de “Chaval” que tuvo que nadar durante horas arrastrando tras de sí a su exhausto compañero de infortunio.
Ya en libertad se enrolaron en el mercante griego Zhefiros, a bordo del cual conocerán la isla de Madera, Inglaterra y, en abril de 1941, Uruguay, país en donde desertarían ante la negativa del capitán de licenciarlos.

En marzo de 1945 solicitan y les es concedida por el Ministerio del Interior de Uruguay, la regularización de su situación como residentes de este país.

De su experiencia como marino, Artasánchez escribirá los poemas “La Guerra en el Mar”, que fuera publicado bajo el seudónimo de Patxi Arteaga en el Correo de Asturias de Buenos Aires el 23 de enero de 1943, y o “221;Zhefiro”, este último inédito. En diciembre de 1942 escribía sobre su dolor por la ausencia y el destierro en el mismo periódico y con el mismo seudónimo, el poema “Sin abrazar a mi madre”; y de sus sentimientos libertarios nos habla en “Yo canto a la libertad”, publicado en junio de 1943.

También podemos hallar artículos suyos en “La República Española”, “Solidaridad Obrera” y “Lealtad” de Montevideo, aunque ninguno de ellos firmado con su nombre, utilizando, además del seudónimo ya mencionado, el de “Uno de los tres”, en alusión a los tres amigos que navegaron juntos en el Zhefiros, y “Gudari nº 71”, en referencia a su número de prisionero en el Arsenal de la Carraca.

Ya en Montevideo, se desempeño como Oficial laminador de acero en la empresa Metalúrgica y Diques Flotantes. Esta planta, más tarde rebautizada “Nervión” era propiedad de varios socios entre los que se hallaba Víctor Lejarcegui, antiguo Comisario Político del Partido Nacionalista Vasco, conocido por su participación en el episodio que la historia recoge como “Pacto de Santoña”. No es de extrañar entonces que muchos de sus obreros fueran vascos y españoles republicanos.

En la década de 1960, en sociedad con Constantino del Pozo, se establecieron con un comercio de materiales para la construcción, empresa que terminó en el más lastimoso de los fracasos pues ninguno tenía espíritu de comerciante.

En su exilio participó activamente en política, siendo socio y directivo del Centro Republicano Español de Montevideo.

A su fallecimiento, ocurrido en Montevideo el 26 de marzo de 1988, dejó dos novelas inconclusas.
1Artasánchez, F. La fiesta terminó en tragedia, Montevideo, 1944. p. 63.Himno del batallón anarquista. Música de “Compañero, compañero ya te llama”
Espero que guste.

PORTUGALETE, GENERACIÓN DE EXILIO

El acontecimiento más relevante del pasado siglo XX es sin lugar a dudas la guerra civil, periodo que marco a mas de una generación a lo largo de toda su vida.

Sobre la misma se ha conversado mucho, apareciendo por distintos medios, gran número de trabajos que han tocado diferentes facetas de este periodo bélico.

En esta entrada reproduzco una entrevista aparecida en Noticias de Gipuzkoa en su edición del 25 de Marzo de este año en la que se recoge el testimonio de la hija de una maestra donostiarra afincada en Portugalete tras su huida de Gipuzkoa y que posteriormente acompañó a los niños vascos en su exilio en Inglaterra.

Me parece interesante la noticia, insertando el enlace para todos aquellos que quieran leerla en su formato original.

su nombre no da pistas, pero su impecable americana londinense le delata. Es hijo de una de las niñas vascas evacuadas a Inglaterra que nunca regresó. Su madre, como el resto de los 4.000 menores que conformaban la expedición, embarcó pensando que volvería en unos meses. Pero no lo hizo. No volvió. Echó raíces y empezó una nueva vida, que ahora él relata con generosidad. Sentado sobre una de las mesas del hotel donostiarra en el que se aloja, Manuel Moreno, uno de los tres retoños que le deparó a ella aquella nueva andadura, no tiene problemas en repetir la historia de su madre. Cada detalle. Cada secreto confesable. Sabe, después de años de trabajo, que es la única manera de que no se olviden los hechos. La memoria, debe pensar, merece cualquier esfuerzo. O, al menos, el suyo.

Y no sólo el suyo. También, el de Carmen Kilner, hija de una de las 80 maestras que viajó en el mismo barco y que, como Manuel, forma parte de la asociación británica Basque Children of '37 , que estos días visita Gipuzkoa, precisamente, para dar a conocer aquellos hechos. "Fue uno de los grandes momentos humanitarios en la historia de Inglaterra, además del mayor contingente de refugiados llegado de una sola vez a Gran Bretaña y el único compuesto casi en su totalidad por niños", recalca Kilner, que lleva el apellido de su marido pero cuyo nombre de soltera, Carmen Sánchez González, no ofrece dudas respecto a su ascendencia.

El Principio.

Huida a Bizkaia.

Su madre, Ana María González Garate, fue una de las donostiarras que, ante la inminente entrada de las tropas franquistas en Gipuzkoa, emigró hacia Bizkaia cuando estalló la Guerra. Acompañada de dos hermanas y de su madre (su padre había fallecido cuando ella tenía doce años) y previo paso por Elgoibar para recoger a su abuela, se instaló en Portugalete, donde supo de la necesidad del Gobierno Vasco de incluir profesores en las expediciones de evacuación de menores. Y se apuntó. Sin ser consciente de ello ni poder imaginarlo, tomó una decisión que cambiaría para siempre su vida.

"Se ofreció voluntaria. Estaba en la casa de huérfanos de milicianos de Portugalete y se apuntó con los chavales, creyendo, posiblemente, que iría sólo para tres meses", explica su hija Carmen, mientras muestra la placa de maestra (la número 73) que identificó a su madre en aquel viaje y el documento original en el que, efectivamente, se especifica que el permiso de residencia en Inglaterra era por un trimestre.
El 21 de mayo de 1937, Ana María embarcó en el Habana rumbo al improvisado campamento de Eastleigh, en el sur de Inglaterra, con el resto de la expedición. Dejaba atrás unos últimos días de miedo e incertidumbre y afrontaba dos días penosos que, no obstante, la llevarían a un destino mejor. "Nunca quiso hablar -murió hace tres años- de las semanas anteriores a su partida, sólo decía que había visto bombas y que habían sido semanas difíciles, pero nada más. Eso sí, no tenía ningún problema para referirse a su primera estancia en Gran Bretaña, de la que más o menos guardaba buenos recuerdos, y al viaje. Éste, decía, había sido terrible, con vómitos por todas partes. De hecho, nunca más volvió a montar en un barco", recuerda su hija.

A su lado, Manuel asiente. Porque, probablemente, él haya escuchado relatos similares. Su madre, Salomé Moreno Oyarbide, una de las niñas de mayor edad de la expedición -contaba trece años-, pasó aquellas 48 horas de mar no muy lejos de Ana María. Huérfana también de padre (murió luchando con el bando republicano en la Batalla de Villarreal) y miembro de una familia de izquierdas, Salomé fue evacuada junto a dos hermanas aquel 21 de mayo. Y ya no hubo marcha atrás. En el campamento de Eastleigh comenzó su nueva etapa.

Punto de Encuentro.

El Hogar Español.

Tras una estancia de tres o cuatro meses en Eastleigh, la madre de Manuel fue enviada a Cambridge (a una de las colonias o casas que se instalaron por toda Gran Bretaña) y, después de algún tiempo -y tras evitar el proceso de repatriación iniciado por Franco-, acabó en Londres. Allí, con los años, conoció a su marido. Y se instaló para siempre. "Se juntó con mi padre en el Hogar Español. Él, natural de Madrid, había sido combatiente republicano y trabajaba como chófer para el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial. Años antes había sido retenido al cruzar la frontera catalana con Francia y enviado a un campo de concentración en Argelia (antes estuvo en otros), pero logró escapar y asentarse en Inglaterra. Y así le conoció a ella", detalla Manuel. Según comenta, aunque su padre siempre quiso regresar, nunca logró convencerla. Salvo visitas puntuales, sólo volvieron a vivir a España -tenían una casa en el Mediterráneo- siendo ya muy mayores.

En alguno de aquellos encuentros en el Hogar Español, quizás, sus padres se cruzaron con los de Carmen, que se conocieron en el mismo lugar. "Mi madre, que contaba con edad suficiente para elegir, había decidido quedarse en Inglaterra y, después de estar en una colonia de Carshalton a cargo de un grupo de niños (el Gobierno Vasco insistió en que permaneciesen en grupos para no perder su identidad nacional), se marchó a Londres. Y mi padre, que había viajado allí para recuperarse de una enfermedad y había colaborado con otra de las colonias en las que había niños españoles, regresó a la capital. En 1942 se conocieron. Y se quedaron", afirma Carmen.

La historia de su familia se entrelaza con el relato de Juan hasta el punto de que, a veces, parecen confundirse. Tras una hora en la que han vuelto a recordar las penurias del Habana , la desorganización de Eastleigh, la incomunicación de los 4.000 niños con sus casas (la toma franquista de Bilbao generó muchísima incertidumbre y preocupación) o la repatriación de la mayor parte de ellos, ambos se toman un respiro y se preparan para la próxima entrevista. Su objetivo no concede más descansos. El exilio vasco de Inglaterra fue real y, como tal, debe ser conocido.

http://www.noticiasdegipuzkoa.com/ediciones/2009/03/25/sociedad/gipuzkoa/d25gip8.1446634.php

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN PORTUGALETE

En este blog se han realizado entradas sobre las visitas reales, los veraneos de los pudientes y otra serie de temas relacionados con las clases políticas del momento.

Los gobiernos desde el siglo XIX hasta la actualidad han pasado por la monarquía, la república, la dictadura de Franco y finalmente la monarquía parlamentaria dentro de la democracia que vivimos en estos momentos. Creo que faltaba una entrada en la que se pudiera ver algún dignatario de la etapa republicana. Consultado las publicaciones del momento he encontrado una deficiente imagen de la visita del presidente de la república a Portugalete. La foto data de 1934 y no es de mucha calidad pero suficiente para ilustrar el paso de este presidente por nuestra localidad.

jueves, 17 de septiembre de 2009

LA PORTUGALUJA ELENA HERNÁNDEZ DIRECTORA DEL CENTRO DE ENSEÑANZA SALESIANO DON BOSCO.

Hace algunos días el diario Norte de Castilla publicaba la noticia de que el centro de enseñanza Don Bosco en la localidad palentina de Villamuriel iba a ser dirigido por la portugaluja Elena Hernández, siendo la primera persona seglar en dirigir este centro Salesiano.
Junto a esta entrada reproduzco la entrevista que le fue realizada por este motivo así como el enlace para poder leerla en su formato original.

Desde este blog le deseamos suerte en este nuevo periodo mandándoles un cordial saludo a las dos hermanas portugalujas Hernández que trabajan en este centro desde su Portugalete natal.

Elena Hernández es la primera directora seglar del centro Don Bosco en Villamuriel que, desde que nació en el curso 1983-84, siempre ha estado supervisado por un salesiano. Tras seis años encargándose del sistema de gestión de calidad del centro, y tras impartir clase de Gestión Comercial y de programas de Cualificación Profesional, esta vizcaína nacida en Portugalete asumió la dirección del centro el pasado 1 de septiembre. Pero a pesar del cambio, la nueva directora, que sustituye a José Carlos González Dávila, asegura que los principios y el estilo del centro continuarán siendo los mismos.

-¿Cómo afronta esta nueva etapa en el centro Don Bosco de Villamuriel?
-Con mucha ilusión y muy esperanzada para que todo salga bien. Asumir la dirección de un centro educativo es nuevo para mí, pero ya conozco el funcionamiento de éste, porque llevo trabajando en él desde hace seis años.

-¿Qué es lo que le impulsó a venir hasta Palencia?

-Mi hermana también está trabajando en el centro en la sección de Secundaria. Ella ya llevaba un tiempo trabajando aquí, y yo estaba dando clases en Aranda de Duero (Burgos). Necesitaban a alguien para cubrir un puesto y me cogieron a mí para dar clases de formación y orientación laboral. Además, mi familia es de Salamanca, y así estoy más cerca de ellos.

-¿Qué diferencia a este centro de otros en los que usted ha ejercido su labor?

-Como en todos los centros salesianos, lo que nos diferencia de los demás es el trato y la cercanía, tanto con los alumnos como con las familias. Entiendo que yo soy la directora, pero es difícil explicar por qué un centro salesiano es diferente. Tenemos un trato distinto y un ambiente diferente a otros centros que conozco. No sólo damos clase y nos marchamos al terminar el horario, nosotros vamos más allá.

-¿Y cómo le gustaría ver al centro en unos años?

-Continuamente iremos introduciendo novedades. Hay que adaptarse a las nuevas tecnologías, sobre todo en los ciclos formativos que impartimos, que muchos están cambiando, como el de carrocería o el de electromecánica. También hay un aula de neumática hidráulica. Las nuevas tecnologías nos obligan a que nos reciclemos para impartir los nuevos conocimientos, ahora por ejemplo, sobre la televisión digital terrestre.

martes, 15 de septiembre de 2009

PORTUGALETE, PUERTO DE BAÑOS

Para todos los que nos gusta la historia de Portugalete y sus costumbres, indicar que en el último número de la revista Aunia, se recoge un interesante artículo de la historiadora Olga Macías titulado “Portugalete, Puerto de Baños”, en el que se la autora plasma en el mismo la importancia de nuestra localidad durante el pasado siglo XIX como destino de las épocas estivales, disfrutando los veraneantes que nos visitaban de nuestra playa y balneario.

El artículo recoge en 19 páginas profusamente ilustradas, un recorrido por la villa del momento, como se viajaba por la ría hasta Portugalete, la importancia de las nuevas comunicaciones como la llegada del ferrocarril o la construcción del Puente y otra serie de conocimientos que se leen de una manera muy ágil.

Para ilustrar la entrada inserto la portada de la publicación animando a todos los portugalujos a su adquisición, ya que la misma completa y aumenta la extensa bibliografía existente sobre Portugalete, su historia y tradiciones.

domingo, 13 de septiembre de 2009

PORTUGALUJOS EN LAS FIESTAS DE BILBAO EN 1934.

Al parecer en el pasado, la villa de Bilbao celebraba sus fiestas con desfiles de carrozas engalanadas tanto por los bilbaínos como por los vecinos de los pueblos cercanos que se acercaban a la capital para disfrutar de estos festejos.

Rebuscando en diferentes publicaciones del momento he encontrado una imagen de la carroza que los portugalujos realizaron en las fiestas de Bilbao de 1934.

La verdad es que viendo esta imagen no puedo por menos que decir que la misma era muy espectacular, adelantándose muchas décadas a las que hace años realizaban algunas cuadrillas de la localidad.

La fotografía no es de muy buena calidad pero creo que tiene la suficiente para poder apreciar el barco y los tripulantes que van a bordo del mismo.

Espero que guste y hasta la próxima.

martes, 8 de septiembre de 2009

LAS CLARISAS DE PORTUGALETE

La madre abadesa, sor Beatriz de Atxa (a la izda.), junto a tres monjas de la comunidad, en la terraza del convento de Portugalete. Al fondo, la ría del Nervión.
LAS CLARISAS DE PORTUGALETE.
Una de las instituciones más enraizadas en la vida portugaluja durante décadas es sin lugar a dudas las Hermanas Clarisas, congregación religiosa de clausura que todavía tiene una pequeña congregación en nuestra localidad.
En esta entrada inserto un interesante reportaje sobre esta orden religiosa, sacado del número 195 del Magazine del diario El Mundo, figurando al final de la entrada el enlace para poder leerlo de manera original.
SOR CELINA DE ARROYUELOS remueve la tierra de labranza. No sólo el rezo del breviario, con sus laudes y maitines mañaneros, ocupa el quehacer conventual de cada día. Ora et labora. El azadón de sor Celina sube hacia el cielo y baja hasta el techo del edificio con la cadencia de una letanía aprendida en largos años de clausura. Su sudor de hortelana, oculto bajo el delantal azulón de faena, hace el milagro de convertir en huerto de convento el ático de un rascacielos de nueve plantas que levanta su estampa por encima del puente de hierro de Portugalete, en la margen izquierda de la bilbaína ría del Nervión que cerca moja los cimientos del Guggenheim.

"Abajo no teníamos horizonte", dice Inmaculada de Urzelay, una de las 13 monjas de clausura que integran la comunidad de Portugalete. Hace 20 años ya que el monasterio de Santa Clara desertó del mundanal ruido para elevar su clausura, ascensor arriba, nueve pisos. A ras de suelo, como dote al municipio por cuatro siglos de vecindad, quedó la vieja abadía, hoy convertida en Casa de Cultura.

Las monjas vendieron sus más de 8.000 metros cuadrados (convento, iglesia y huerto) en pleno corazón de la ciudad vizcaína a cambio de dos pisos de 500 metros cuadrados cada uno (el 8º y el 9º), más la terraza, en una de las torres de edificios levantadas al socaire del boom urbanístico de los 70. Y hasta allí encaramaron su nuevo claustro, sus celdas y hasta sus cánticos. También subieron tierra de la huerta de siempre para, en parterres y con el trabajo a cielo abierto de sor Celina, contar con viandas frescas todo el año. Patatas, cebollas, vainas, tomates, pimientos, puerros... Tan variada producción, más las limosnas de Kiko, sacristán en la ermita de Pobeñas, hacen que nunca falten víveres en la alacena de las monjas. Gloria bendita.

Un mundo distinto empieza del octavo piso hacia arriba. La vida, por no despertar con sus ruidos a los vecinos de abajo, arranca una hora más tarde que antaño. Poco antes de las siete de la mañana sor Nekane hace sonar dos timbrazos que sirven de despertador. Enseguida viene el rezo. Los primeros cánticos se dejan oír en las alturas a partir de las ocho. Después habrá tiempo para pasear sobre el huerto de terrazo y parterres, entre flores (rosales, gladiolos, hortensias...) de otro mundo.

Mudas las viejas campanas de Santa Clara, que aún adornan los altos muros de la casa de cultura portugaluja, a los pies mismos del nuevo convento, el viento regala a las religiosas repiques de vecinos campanarios. Si sopla el sur, se oyen las campañas de Sestao; si hace norte, las de Santurce. Los sábados noche llegan ecos mucho más mundanos: los de los jóvenes de la litrona. "Sí que suben los ruidos de la calle. Cuando suena el chistu y el tamboril, todas nos asomamos y decimos: `Ya está, otra boda civil'", cuenta una de las monjas tras explicar que en el edificio tiene sede un juzgado de Portugalete. Las clarisas siempre prefieren mirar hacia arriba, otear un horizonte de montañas y embravecidas mareas cantábricas. "Qué hermosa es la obra de Dios", se repite, cuando reposa sus cansadas manos de organista sobre el pretil de la terraza-huerta, sor Mari Carmen de Aguirre, hermana menor, eran 14, del gran poeta vasco Xabier Lizardi (seudónimo de José María de Aguirre, 1896-1933). Siempre añade la monja la misma coletilla: "Y cuánto la han estropeado los hombres con tanta casa". Porque a Portugalete hubo un tiempo en el que le crecieron, como hongos, altas torres de pisos. La fiebre constructora terminó estrangulando a su antigua abadía. Bien está. "El viejo convento se fregaba y nunca quedaba limpio. Hacía, además, un frío insoportable". El edificio, con más goteras que cuentas el rosario, vio hasta peligrar su techumbre. Terminó inhóspito incluso para quienes hicieron de la renuncia asceta una forma de vida

La venta de los terrenos de Santa Clara, con la consiguiente mudanza a los pisos de la calle Poeta Larrañaga, ayudó a recordar una historia que se remonta hasta mediados del siglo XVI. Todo comenzó en la Casa de la Fuente de Portugalete, de la que un documento de 1550 ya da primer testimonio. Los muros levantados en el lugar de Ibarguti fueron beaterio hasta el 23 de agosto de 1614, cuando la comunidad pasó a la orden franciscana de Santa Clara. Desde entonces, y pese a innumerables vicisitudes históricas y guerras que obligaron a sucesivas exclaustraciones, al monasterio nunca le faltaron beatos de generoso testamento.

Cuando estalló la Guerra Civil, en el convento vivían 21 monjas. De aquellos años se conserva una valoración de los bienes que las contemplativas tenían en Portugalete: convento, iglesia, casa vicarial, hospedería y huerto. En total, 8.083 metros cuadrados que alcanzaron una tasación de 137.744 pesetas. Poco antes, el día de la Inmaculada de 1931, las monjas se desprendieron del hábito grisáceo para estrenar el marrón oscuro que aún hoy es su atuendo.

Mediados los años 60, y presionadas por las quejas de que el mal estado del edificio desdecía todo el barrio, las hermanas comprendieron que el futuro pasaba por un nuevo convento. "Estuvimos 16 años buscando terrenos", explica sor Juana Beatriz de Atxa, hoy madre abadesa. De aquella empresa nació, a la postre, la mudanza definitiva. El capellán Francisco de Santamarina les propuso vender a una constructora todos los terrenos a cambio de que les construyera, en uno de los futuros bloques de vivienda, un claustro a la medida de sus necesidades.

El propio capellán, ya fallecido, lo planificó todo ayudado por un arquitecto. Santa Clara se mudaría a las plantas octava (dedicada a las celdas de las monjas) y novena del futuro rascacielos. El convento, al que se accedería por dos ascensores desde otros tantos portales, tendría también su torno de entrada, su capilla, su refectorio... y hasta su huerto, en la media hectárea de terraza.

El presbítero Eugenio Rodríguez Condado, autor del libro El monasterio de Santa Clara de Portugalete publicado en 1998, supo encontrar palabras para retratarlo: "Es un punto olvidado de los terrestres pero muy íntimo y placentero para quienes gustan del espíritu. Allí, en el retiro de lo alto, se alaba continuamente a Dios, se ejerce la caridad fraterna universal con sencillez y las experiencias divinas son como un sol de medianoche".

El convento-ático se inauguró el 14 de septiembre de 1979. De las 19 monjas que hicieron la mudanza, muchas de avanzada edad, ya sólo quedan 13. Y nada hace presagiar nuevos ingresos. La última vocación tiene fecha lejana: 1963. Entonces ingresó la palentina sor Antonia de Torres. Más de 36 años ya sin apenas salidas prolongadas al exterior. "Vamos a casa", dice la hermana del poeta Lizardi, "para las muertes y se acabó la función. Ni bodas ni bautizos ni comuniones ni desbodas, que ahora son tan frecuentes".

A sus 84 años, Mari Carmen Aguirre es la mayor del convento, "aunque la que lleva más tiempo", explica, "es sor Rosa, de Pontevedra. Llegó con 22 años y ahora tiene 83". De las cosas de abajo (el viejo monasterio), Aguirre sigue añorando el gran órgano que alegraba solemninades. "Con lágrimas en los ojos lo ví marchar cuando la mudanza", dice. Haber perdido oído no le imposibilita para seguir apreciando la música. No en vano fue 57 años la organista. Y la poetisa, y la pintora. Porque lo que es trabajar (antes para una peletería o bordando, fregando las escaleras del bloque tras la mudanza o manufacturando ahora tapones para los oídos) lo hacen todas. Crear ya es cosa de unas pocas. De sor Antonia cuando hornea en la cocina su delicioso pastel de vainas.
Todas viven en paz y bien, que dice el lema clariano, en un monasterio con vistas coronado por un sembrado donde hasta cuaja la fresa y da rojas manzanas un árbol que nadie se explica cómo subió tan alto. Es el campo de Santa Clara de Portugalete, al que, como aquella poesía de Lizardi, El huerto de los antepasados, alimenta de lírica Sor Mari Carmen: El cielo se hizo de tierra...

jueves, 3 de septiembre de 2009

DOCENCIA Y CULTURA JARRILLERA. 1927 - 1959.

Portugalete siempre ha sido una localidad que ha aportado personas de gran erudición y amplia cultura al mundo intelectual.

A nadie que se encuentre relacionado con el mundo cultural de la villa se le escapa el gran número de personas que han destacado en el mundo de las artes y las letras, figurando varios de nuestros vecinos en reales academias de rancia trayectoria.

Naturalmente para que cualquier persona se forme hay que comenzar por la base, cuando los individuos son más pequeños.


Para ilustrar esta entrada traigo al blog dos referencias graficas que demuestran y avalan lo enunciado. La primera de las mismas data de 1927 y recoge el momento de la entrega de premios a los alumnos más aventajados de la Escuela de Artes y Oficios de Portugalete, institución puntera en el momento a nivel provincial, en el salón de plenos del consistorio jarrillero.

La segunda recoge el momento de la bendición de las instalaciones de la Agencia de Lectura de Portugalete en 1959 embrión de la actual biblioteca municipal. En esta imagen se puede observar al alcalde del momento señor Bayo junto al cura de la parroquia, el todavía recordado por diferentes y dispares motivos señor Chopitea.

Espero que esta nueva entrada guste y hasta la próxima.

martes, 1 de septiembre de 2009

EL VELERO NORUEGO "TRANSATLANTIC" POR LA RIA EN 1917.

En Agosto de 1917 recalaba en nuestras costas el velero noruego “Transatlantic” cargado de pasta de madera para la empresa Papelera Española.

En esas fechas a pesar de que la citada empresa producía entre 12.000 y 17.000 toneladas de pasta de madera en la estación invernal necesitaba adquirir este producto a otras naciones para su producción veraniega.

En una época en que los fletes marítimos se hacen desde hace años en barcos de casco de metal, resulta curiosa la imagen del velero noruego surcando las aguas de la ría con su carga en las bodegas.
Para ilustrar esta entrada el citado barco fondeado en el Abra y tirado por un remolcador a su paso por nuestra localidad, imágenes no reproducidas hasta el momento en publicaciones recientes pero de un gran valor grafico y testimonial ya que las mismas plasman momentos cotidianos de la vida en la villa, con sus vecinas cargadas de baldes y cestas encima de sus cabezas, niños jugando en inmediaciones de la plaza, marinos descargando diversos objetos de su lancha mientras varios vecinos anónimos contemplan la escena.

Espero que guste.