La semana pasada se cumplieron 125
años de la inauguración oficial del Muelle de Hierro, una obra de vital
importancia para la industria y el comercio vizcaíno y que motivó el despegue
de la economía provincial del momento.
Magníficamente dirigida por
Evaristo Churruca fue construido por la empresa barcelonesa La Maquinista
Terrestre y Marítima, siendo denominado por esta compañía como “Dique de
Portugalete”.
Sobre esta obra de ingeniaría se
ha escrito largo y tendido existiendo una amplia bibliografía relacionada con
esta construcción, sin embargo en la entrada de hoy quiero hacer un pequeño
repaso por las modificaciones que ha tenido este muelle a lo largo de sus 125
años de vida.
Las obras comienzan en 1881
finalizando el 12 de septiembre de 1887 con la colocación de la última piedra,
ceremonia presidida por la Reina.
Durante estos años de la vida e
historia de esta emblemática obra de ingeniaría, las modificaciones de la obra
original han sido varias, perdiéndose elementos con personalidad que marcaban desde el nombre de la compañía que lo construyó,
hasta las tablas sobre las que se
paseaba en un principio.
El muelle consta de dos partes,
todas ellas asentadas sobre el fondo del suelo de la ría. La primera de unos
600 metros de longitud sirve como base de sustentación de vigas y pilares sobre
la que se asentaba la plataforma superior construida sobre tablones de madera a
lo largo de toda esta superficie. Estos tablones, que todavía conservaban entre
ellos los railes sobre los que circuló la máquina utilizada durante los
trabajos de construcción, son sustituidos en los años treinta por un suelo de
cemento, firme que ha perdurado hasta hace escasas fechas en que nueva mente ha
visto variar su fisonomía con un nuevo piso que intenta asemejarse a las tablas
de madera colocadas en sus orígenes. La diferencia es que las tablas del pasado
estaban colocadas de forma horizontal y el dibujo en este nuevo cemento es
vertical.
Las barandillas también han
sido sustituidas recientemente, siendo las actuales una copia en materiales
inoxidables de la ideadas en su momento por Evaristo Churruca. La sustitución de
esta parte de la fisonomía del muelle ha sido ampliamente criticada por
diversos profesionales del mundo de la arquitectura entre los que se encuentra
la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra pública, considerada por
esta asociación como una parte peculiar y emblemática que se encontraba en
buenas condiciones y que la sustitución de la barandilla ni era necesaria ni
primordial ya que su remplazo solo ha servido para perder de forma definitiva
una parte muy característica de su aspecto.
Las deformaciones de las vigas
y de los pilares que soportan el piso superior han obligado también a una
sustitución completa de todas ellas, realizándolas en un formato similar al que
tuvieron en sus comienzos. Si bien durante las reformas producidas en el muelle
durante 1933-1934 las cruces de San Andrés se sustituyeron por unas vigas de
cemento, estas han vuelto a ser eliminadas por otras cruces de San Andrés similares
a las colocadas en sus orígenes.
Sien embargo, una obra en la
que se ha gastado la nada despreciable cantidad de 1.761.740,08 euros continua con
desperfectos y carencias que podrían haber sido subsanadas en esta reforma y
que demuestra bien a las claras el poco interés de preservar una obra de estas características
en su estado primigenio. Añadir que en
todo el paseo y desde poco tiempo después de finalizar los trabajos de
remodelación, han aparecido en el piso infinidad de grietas que muestran a las
claras la calidad de los materiales utilizados.
Estamos hablando de una obra
histórica catalogada como tal dentro del “Catalogo de Elementos Protegidos” que se encuentra dentro del Plan General de Ordenación Urbana aprobado el 17 de
septiembre de 2010 por el Ayuntamiento de Portugalete o el Expediente de la Dirección
General de Bellas Artes y Bienes Culturales en él se declara bien de interés
cultural, con la categoría de monumento, a favor del Muelle de Hierro en
Portugalete. A pesar de todo esto y de los actos oficiales hay varios elementos
que en unos casos deberían ser mejorados
y en otros reparados y preservados.
Si comenzamos un recorrido desde
la zona del faro en dirección a las piscinas nos encontramos con la placa que
fue colocada durante los actos del centenario hace 25 años y que tras las
parafernalias del momento nadie se ha preocupado de repararla y mostrarla en óptimas
condiciones. Una placa de estas características en otros lugares de la geografía
nacional o europea se encontraría limpia, reparada y en perfecto estado de
lectura.
Continuando con el paseo, nos
encontramos que una de las argollas pensadas para ser utilizadas en el amarre de barcos en momentos de peligro
en el pasado, se encuentra descansando en las aguas de la ría en las inmediaciones
del hueco donde debería de estar colocada junto al resto de sus “hermanas”.
Esta argolla, ni se ha recuperado del fondo de las aguas (estamos hablando de
125 años de historia) ni se ha remplazado colocando una de similares características
en el hueco que se conserva en el lugar.
Seguimos el paseo y nos
encontramos con los “restos” de una farola que todavía se encuentra de pie, con una
singularidad muy reconocida, y que lleva décadas sin ninguna función.
Para terminar el paseo nos
detendremos junto a las barandillas que se encuentran frente a la entrada de la
piscina municipal, una zona que necesita de manera urgente una mayor protección
ante la continua presencia de menores en este lugar que acuden a impartir
cursos de aprendizaje de natación y que debido a la algarabía que se produce en
esta zona en algunos momentos, pueden producirse accidentes de fatales
consecuencias si algún niño se cuela entre los barrotes pudiendo caer sobre las
rocas. Sé que esto último ya se conoce
en el consistorio desde varias legislaturas atrás, pero a fecha de hoy no se
ha tomado ninguna iniciativa encaminada a dar una mayor protección a los usuarios
más pequeños que utilizan este centro municipal.
Finalmente destacar que en otra
de las remodelaciones realizadas hace unos años desapareció inexplicablemente
uno de los pilones que habrían el paso a este muelle y que eran la firma de la
empresa que construyó esta magnifica obra de ingeniería. La desaparición de
esta singular pieza jamás fue aclarada y
nunca se sustituyó por una copia similar como se ha realizado en otras
localidades con monumentos deteriorados.
Esta bien celebrar aniversarios
ya que es una muestra clara de reconocer un trabajo que ha perdurado y que ha
servido para una mejora general de unas condiciones de vida y económicas de las
generaciones futuras, pero lo más importante no es la foto ni la cinta que se
corta, por cierto, muy alejada de donde se encuentran la mayor parte de las
partes con notables desperfectos y de los medios de comunicación que se encontraban en el lugar, lo más
importante es que se preserve en las mejores condiciones posibles un legado que
sirve para múltiples funciones y que
debido a la desidia y a la falta de interés solo se acuerdan del mismo como pretexto
para el autobombo ante los medios de comunicación.
Espero que las claras
deficiencias que son apreciables por los
miles de usuarios que de manera continua pasean por este lugar se subsanen para
que esta obra pueda tener el esplendor
que merece.
Espero que la entrada guste y hasta la próxima.
4 comentarios:
La presentación a la altura de la naútica y los desperfectos más adelante, que listos, mejor que lo tuvieran en condiciones y no como esta.
Y los periodistas siempre al servicio del poder.
Documentado, bien ilustrado y muy completo. Zorionak
En la diana.
mejor aun, a raiz de las fotos de este blog y lo que pones, han reformado la placa y el marco.
Felicidades, te leen en el ayuntamiento.
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