lunes, 17 de septiembre de 2012

ANTE EL 125 ANIVERSARIO DE LA INAUGURACIÓN DEL MUELLE DE HIERRO DE PORTUGALETE.



La semana pasada se cumplieron 125 años de la inauguración oficial del Muelle de Hierro, una obra de vital importancia para la industria y el comercio vizcaíno y que motivó el despegue de la economía provincial del momento.
 
Magníficamente dirigida por Evaristo Churruca fue construido por la empresa barcelonesa La Maquinista Terrestre y Marítima, siendo denominado por esta compañía como “Dique de Portugalete”.




Sobre esta obra de ingeniaría se ha escrito largo y tendido existiendo una amplia bibliografía relacionada con esta construcción, sin embargo en la entrada de hoy quiero hacer un pequeño repaso por las modificaciones que ha tenido este muelle a lo largo de sus 125 años de vida.

Las obras comienzan en 1881 finalizando el 12 de septiembre de 1887 con la colocación de la última piedra, ceremonia presidida por la Reina.




Durante estos años de la vida e historia de esta emblemática obra de ingeniaría, las modificaciones de la obra original han sido varias, perdiéndose elementos con personalidad que  marcaban desde el nombre de la compañía que lo construyó, hasta  las tablas sobre las que se paseaba en un principio.

El muelle consta de dos partes, todas ellas asentadas sobre el fondo del suelo de la ría. La primera de unos 600 metros de longitud sirve como base de sustentación de vigas y pilares sobre la que se asentaba la plataforma superior construida sobre tablones de madera a lo largo de toda esta superficie. Estos tablones, que todavía conservaban entre ellos los railes sobre los que circuló la máquina utilizada durante los trabajos de construcción, son sustituidos en los años treinta por un suelo de cemento, firme que ha perdurado hasta hace escasas fechas en que nueva mente ha visto variar su fisonomía con un nuevo piso que intenta asemejarse a las tablas de madera colocadas en sus orígenes. La diferencia es que las tablas del pasado estaban colocadas de forma horizontal y el dibujo en este nuevo cemento es vertical.




Las barandillas también han sido sustituidas recientemente, siendo las actuales una copia en materiales inoxidables de la ideadas en su momento por Evaristo Churruca. La sustitución de esta parte de la fisonomía del muelle ha sido ampliamente criticada por diversos profesionales del mundo de la arquitectura entre los que se encuentra la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra pública, considerada por esta asociación como una parte peculiar y emblemática que se encontraba en buenas condiciones y que la sustitución de la barandilla ni era necesaria ni primordial ya que su remplazo solo ha servido para perder de forma definitiva una parte muy característica de su aspecto.    




Las deformaciones de las vigas y de los pilares que soportan el piso superior han obligado también a una sustitución completa de todas ellas, realizándolas en un formato similar al que tuvieron en sus comienzos. Si bien durante las reformas producidas en el muelle durante 1933-1934 las cruces de San Andrés se sustituyeron por unas vigas de cemento, estas han vuelto a ser eliminadas por otras cruces de San Andrés similares a las colocadas en sus orígenes.   




Sien embargo, una obra en la que se ha gastado la nada despreciable cantidad de  1.761.740,08 euros continua con desperfectos y carencias que podrían haber sido subsanadas en esta reforma y que demuestra bien a las claras el poco interés de preservar una obra de estas características en su estado primigenio. Añadir que en todo el paseo y desde poco tiempo después de finalizar los trabajos de remodelación, han aparecido en el piso infinidad de grietas que muestran a las claras la calidad de los materiales utilizados.  

Estamos hablando de una obra histórica catalogada como tal dentro del “Catalogo de Elementos Protegidos”  que se encuentra dentro del Plan General  de Ordenación Urbana aprobado el 17 de septiembre de 2010 por el Ayuntamiento de Portugalete o el Expediente de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales en él se declara bien de interés cultural, con la categoría de monumento, a favor del Muelle de Hierro en Portugalete. A pesar de todo esto y de los actos oficiales hay varios elementos que en unos casos deberían  ser mejorados y en otros reparados y preservados.




Si comenzamos un recorrido desde la zona del faro en dirección a las piscinas nos encontramos con la placa que fue colocada durante los actos del centenario hace 25 años y que tras las parafernalias del momento nadie se ha preocupado de repararla y mostrarla en óptimas condiciones. Una placa de estas características en otros lugares de la geografía nacional o europea se encontraría limpia, reparada y en perfecto estado de lectura.




Continuando con el paseo, nos encontramos que una de las argollas pensadas para ser utilizadas  en el amarre de barcos en momentos de peligro en el pasado, se encuentra descansando en las aguas de la ría en las inmediaciones del hueco donde debería de estar colocada junto al resto de sus “hermanas”. Esta argolla, ni se ha recuperado del fondo de las aguas (estamos hablando de 125 años de historia) ni se ha remplazado colocando una de similares características en el hueco que se conserva en el lugar.




Seguimos el paseo y nos encontramos con los “restos” de una farola  que todavía se encuentra de pie, con una singularidad muy reconocida, y que lleva décadas sin ninguna función.




Para terminar el paseo nos detendremos junto a las barandillas que se encuentran frente a la entrada de la piscina municipal, una zona que necesita de manera urgente una mayor protección ante la continua presencia de menores en este lugar que acuden a impartir cursos de aprendizaje de natación y que debido a la algarabía que se produce en esta zona en algunos momentos, pueden producirse accidentes de fatales consecuencias si algún niño se cuela entre los barrotes pudiendo caer sobre las rocas.  Sé que esto último ya se conoce en el consistorio desde varias legislaturas atrás, pero a fecha de hoy no se ha tomado ninguna iniciativa encaminada a dar una mayor protección a los usuarios más pequeños que utilizan este centro municipal.





Finalmente destacar que en otra de las remodelaciones realizadas hace unos años desapareció inexplicablemente uno de los pilones que habrían el paso a este muelle y que eran la firma de la empresa que construyó esta magnifica obra de ingeniería. La desaparición de esta singular pieza jamás fue aclarada  y nunca se sustituyó por una copia similar como se ha realizado en otras localidades con monumentos deteriorados. 





Esta bien celebrar aniversarios ya que es una muestra clara de reconocer un trabajo que ha perdurado y que ha servido para una mejora general de unas condiciones de vida y económicas de las generaciones futuras, pero lo más importante no es la foto ni la cinta que se corta, por cierto, muy alejada de donde se encuentran la mayor parte de las partes con notables desperfectos y de los medios de comunicación que se encontraban en el lugar,  lo más importante es que se preserve en las mejores condiciones posibles un legado que sirve para múltiples funciones  y que debido a la desidia y a la falta de interés solo se acuerdan del mismo como pretexto para el autobombo ante los medios de comunicación.




Espero que las claras deficiencias que son  apreciables por los miles de usuarios que de manera continua pasean por este lugar se subsanen para que  esta obra pueda tener el esplendor que merece.



Espero que la entrada guste y hasta la próxima.  

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La presentación a la altura de la naútica y los desperfectos más adelante, que listos, mejor que lo tuvieran en condiciones y no como esta.

Y los periodistas siempre al servicio del poder.

Anónimo dijo...

Documentado, bien ilustrado y muy completo. Zorionak

Luzu dijo...

En la diana.

Anónimo dijo...

mejor aun, a raiz de las fotos de este blog y lo que pones, han reformado la placa y el marco.
Felicidades, te leen en el ayuntamiento.