La verdad es que en ocasiones
lees cosas en la prensa local que después de una carcajada sonora y profunda,
de esas que te salen de lo más hondo de tu cuerpo y que una vez reflexionado
sobre el motivo de la misma, una noticia en la que él o la periodista de turno han tenido a bien
compartir con todos nosotros algo fruto de su trabajo, te quedas parado y
pronuncias en alto, o a este o esta no le han dicho la verdad o lo que es más
grave, ha escrito lo que le ha venido en gana sin contrastar la información que
publica, algo que últimamente se da mucho.
Esto es lo que me ha pasado cuando
he leído en el suplemento dominical de El Correo un “certero” comentario en
referencia al cambio de denominación de algunas calles de nuestros pueblos
limítrofes en virtud del cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica en el que
se manifestaba que en “Portugalete no se han detectado denominaciones dentro
del callejero local que incumplan esta ley”, más en concreto, lo que la periodista
indica de manera literal es: “en Portugalete no se ha detectado ninguna”, toma
ya, con un par.
Curiosamente en el citado
artículo se menciona como calle con denominación franquista la calle
baracaldesa “Paz” dedicada a los primeros 25 años de la instauración del
régimen del General Franco por los concejales afines al mismo en esas fechas,
sin embargo “en Portugalete no se ha detectado ninguna” a pesar de contar con
una con el mismo nombre, curioso.
Otra denominación que perdura en
el callejero local es la dedicada por los concejales portugalujos durante el
régimen del General Franco, es decir, durante la dictadura, a Vázquez Mella,
alguien a quien el conjunto de la población jarrillera le debemos de deber
mucho y estar muy agradecidos ya que desde el 2 de noviembre de 1963 una placa
con esa denominación se puede ver en una de nuestras calles.
Y quien era este desecho de
virtudes al que el cambio de régimen y su consiguiente paso a la etapa
democrática respetó con el beneplácito de concejales de todas las tendencias,
si, de todas las tendencias, pues nada, un político asturiano (que no nacido en
Portugalete) que fue diputado por Estella y Pamplona, que presentó un proyecto
en las Cortes del momento en el que solicitaba la ilegalización de la Masonería
(masones malos, malos masones, ya lo decía Franco), en el que solicitaba la
expulsión de todos ellos de las administraciones del estado. Una persona que
durante la primera guerra mundial apoyo sin fisuras al régimen germánico y
otras lindezas por el estilo, representante de la causa carlista, esos
carlistas que participaron en la contienda civil para enterrar la república y
la democracia y que años atrás ya habían intentado por la fuerza de las armas
colocar al jefe de su cuadrilla al frente de un régimen totalitario.
Es curioso que este personaje se
les haya escapado a nuestros sesudos concejales durante décadas, sesudos unos
más que otros ya que algunos sí estuvieron ojo avizor con quien estaba y no
estaba en el callejero local. Tal es así que a la llegada de la democracia algún
avispado concejal que había pasado durante su dilatada vida política siendo
representante de las filas de distintas tendencias y que terminó su carrera
profesional cobrando una jubilación (muy buena jubilación) gracias a su
representación institucional durante muchos años, se fijó, comprobó y detectó
(esto último, lo de detectar es lo que más me deja perplejo, detectar…) que si
existía en el callejero local una calle dedicada a José María de Areilza y
Martínez Rodas, Marqués de Santa Rosa del Rio y Conde de Motrico consorte.
No sé si fueron los títulos
nobiliarios, algo insultante para algunos reconcentrados políticos que se
autodenominan de izquierdas (por qué ser de una ideología o de otra se
demuestra con los actos cotidianos y no con las siglas sobre las que muchos se
esconden para realizar carrera profesional), o el discurso pronunciado por
Areilza tras tomar posesión como primer alcalde de la villa de Bilbao tras la
entrada de las tropas nacionales en la capital vizcaína durante la guerra civil,
lo que motivó que el ayuntamiento de los primeros años de la democracia portugaluja
decidiera retirarle la calle que hasta esas fechas tenía dedicada dentro de
nuestro callejero local.
No se tuvo en cuenta que el
Portugalujo José María de Areilza (este si había nacido en Portugalete el 3 de
agosto de 1909 ) rompió con el franquismo en los años 60, que fue el Ministro
de Asuntos Exteriores en el primer gobierno de la monarquía y por lo tanto el
encargado de vender al resto de los países de aquí cerca y de lejos que la
dictadura se había terminado, que fue nombrado en los años 80 Presidente del
Consejo de Europa, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas,
miembro de la Real Academia Española donde ocupó el sillón G o que fue un
literato premiado entre otros con el Premio Espasa de Ensayo en 1986. Una
persona considerado por sus partidarios ideológicos así como por sus
detractores como de una gran cultura, poseedor de reconocimientos
internacionales y un largo etcétera.
Y por último, tampoco se tuvo en
cuenta que el mismo año que se decide retirarle la calle, el señor Areilza dona
los terrenos donde se encontraba la antigua residencia familiar a la villa de
Portugalete, terrenos donde se encuentra instalada en la actualidad la guardería municipal, posiblemente uno de los
mejores servicios que ofrece el consistorio jarrillero. Terrenos que si los
pilla alguno que yo me se nos hace pisos de lujo y semi lujo, garajes, luces de
colores y coloca a la mitad de la militancia de su partido que se encuentre en
el paro en puestos de todo tipo.
A este si se le localizó pero sin
embargo al azote de los masones que ni siquiera era de Portugalete, nada, que
nadie se fijó en él.
Y ya lo que ha sido para
destornillarse es que la principal vía para entrar en nuestra villa, la calle
Carlos VII, calle dedicada al pretendiente de la tercera guerra carlista y que
tiene el gran honor para todos los portugalujos de ser el responsable del
bombardeo de nuestra villa hasta sumirla casi a escombros en el pasado siglo
XIX (1873-1874), incendiarla, destruir su iglesia, responsable de cientos de
muertos, se le conceda el honor de llevar su nombre a esta vía desde 19 de
febrero de 1938, pocos meses después de la entrada de las tropas nacionales en
Portugalete (22 de junio de 1937), siendo promulgada por los carlistones
locales para glorificar a su máximo exponente ideológico. Una glorificación de
unos de los bandos que se sublevó contra la legalidad republicana como otras
glorificaciones que surgieron a golpe de decreto y sin oposición posible (ya se
sabe que el que se movía en esas fechas no salía en la foto).
Una de las primeras decisiones
que toma el bando vencedor y como toda decisión tomada en caliente demuestra a
las claras el verdadero ser de las personas que lo promulgan, pasa sin
detectarse desde 1938 hasta el año 2016. Aquí ya es que me mondo.
La ley de Memoria Histórica en su
Artículo 15. Símbolos y monumentos
públicos, indica de manera literal: “Las
Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las
medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros
objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la
sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. Si lo descrito con anterioridad no es la
exaltación personal por parte de una de las partes sublevadas de una figura
destacada de su ideología política aprovechando el poder recibido a través de
la fuerza de las armas en un contexto en el que continua la guerra en otras
partes de la península pero que la misma se ha terminado en Portugalete donde
la población que ha combatido en el bando republicano o se encuentra presa,
exiliada o escondida, bueno, parece que nuestros vecinos de los pueblos
aledaños lo han visto claro y nosotros no lo hemos detectado (que bueno esto de
que se detecten las cosas) posiblemente en Portugalete tengamos un problema de
miopía.
¿Qué coño pinta una calle
dedicada en 1938 a un pretendiente carlista que nunca gobernó, en una villa que
fue sumida a escombros medio siglo antes por imperativo de esta persona, que
entró montado en un caballo para comprobar “in-situ” como había quedado Portugalete
después de varios meses de sitio agradeciéndole todo este sufrimiento dedicándole
una calle en los comienzos puros y duros de la dictadura franquista?. ¿Veríamos
normal que la villa de Gernika dedicara su arteria principal a la Legión Cóndor
como agradecimiento del bombardeo?
Sin embargo, parece ser que estas
particularidades, que se den nombres a calles en 1938 en plena guerra civil
para glorificar a uno de los bandos sublevados, que se dediquen vías a personas
que se dedicaron en vida a perseguir a opositores que formaban parte de
sociedades y que incluso quisieron condenarlos a ser ciudadanos de segunda o
tercera expulsándoles de la administración del estado por formar parte de las
mismas, no ha sido detectado por nadie durante décadas en el consistorio local.
Cojonudo, así nos va. ¿Cómo tomar entonces la retirada de la calle a José María
de Areilza, como una decisión sectaria de alguno que le tenía ganas?.
Y lo mejor de todo es “En
Portugalete no se ha detectado ninguna”, por favor, que me levanten del suelo
que me caigo de la risa.
Una localidad como Portugalete
con científicos, escritores, músicos, y personajes populares nacidos en el seno
de la villa, que podrían estar representados para su recuerdo en calles o
plazas locales, no se observa el nombre de ninguno de los mismos en el
callejero local mientras observamos como permanecen nombres que precisamente no
han dado alegrías a nuestra villa jarrillera.
Personas como Javier Mendoza o
Mario Ángel Marrodán continuaran esperando a que alguien, alguna vez con
criterio, se fije en sus méritos recordando sus trayectorias que en cualquier
otra localidad les hubiera recordado como se merecen, pero estamos en
Portugalete y esto aquí es más complicado, tenemos que buscar a alguien que les
detecte y al parecer eso, hoy en día, es muy difícil.
Espero que la entrada guste y
hasta la próxima.
2 comentarios:
Bien hallado "piloto mayor", han pasado unos meses y por fin vuelves, como ya habrás podido ver no cambia nada en la villa. Ongi Etorri
Como dijo Antón Trueba al morir Miguel Loredo y Rola en su destierro de Madrid:
"Y ahora quien nos va a defender..." No nos faltes Piloto Mayor...
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