sábado, 8 de junio de 2024

EL HUNDIMIENTO DEL VAPOR "VOLGA" EN MARZO DE 1882 Y LOS CONTINUOS INCIDENTES NÁUTICOS EN ESAS FECHAS.

 

Fotografía de los años 80 del siglo XIX en la que se observan los restos de dos barcos hundidos en la barra.

Otro de los barcos que aparecía señalado en las cartas de Evaristo Churruca, indicando el lugar donde reposaban sus restos tras perderse a consecuencia de un naufragio, fue el vapor de hierro “Volga”.

 

El “Volga” se trataba de un barco de vapor construido por C & W Earle de Hull en el año 1862, siendo propiedad de la empresa londinense C.E Lamplough.

 

Las características del este eran: 194 pies ingleses de eslora, 28,7 de manga y 14,8 de puntal. Tenía un registro bruto de 641 toneladas siendo su fuerza motriz una máquina de vapor de dos cilindros con una fuerza de 70 caballos.

 

El sábado 18 de marzo de 1882 varios vapores británicos quedan varados en las maniobras de salida del puerto. Uno de los mismos junto a las obras de prolongación del Muelle de Hierro de Portugalete, mientras el segundo de estos en la zona de la “Mojijonera”.

 

El primero de los mismo, el “Rhinonvera” al hacerse la marea pudo salir de la zona donde se encontraba varado por sus propios medios, no así el segundo de estos, el “Volga” que sufre una vía de agua a consecuencia de chocar con varias rocas en la zona indicada de la “Mojijonera”.

 

Según la prensa del momento, los capitanes de los dos barcos ingleses habían realizado caso omiso a las señales del Piloto Mayor de la Barra, intentando pasar la misma por su cuenta y riesgo.

 

A consecuencia de las continuas embestidas del mar, el “Volga” sufre la rotura de su casco en un principio y del puente y la chimenea posteriormente, perdiéndose tanto la nave como la carga que transportaba.

 

Motivado por este incidente y de la continua falta de respeto de algunos capitanes a las órdenes que se realizaban desde el puesto del Piloto Mayor de la Barra, la prensa del momento publica una nota muy crítica con esta actitud. La nota indicaba: También en la marea de esta tarde al salir dos vapores ingleses, contra las señales y órdenes del Piloto Mayor, han varado, el uno hacia este puerto y el otro hacia la Mojijonera, quedando, este último, en situación peligrosísima.

 

Al llegar aquí se me ocurren dos preguntas:

 

1ª ¿Es cierto que, al bajar los prácticos en los buques, si antes de darles salida el Piloto Mayor, les hace señales negativas, tienen que abandonar sus buques, desembarcarse y perder sus derechos, so pena de ser suspensos en sus cargos por más o menos tiempo, reprendidos y multados?

 

¿Y que el Piloto Mayor después de hacer aquellas señales negativas es obligado por la autoridad superior a seguir haciendo las señales a los capitanes de los buques que se empeñan en salir contra sus órdenes, en desprestigio de la autoridad que así lo ordena y, en sentido contrario de lo que sucede con los prácticos?

 

2º ¿Es cierto que hay una Real Orden obligando al uso de los chalecos salvavidas a los tripulantes de las lanchas de estas cofradías que se dedican a pilotear y, que esta Real Orden no se hace cumplir con la debida energía por la autoridad superior del ramo, de esta provincia y, sí en la de Guipúzcoa?

 

Los repetidos naufragios, las continuas varadas de los buques que salen contra las señales de la bandera del Piloto Mayor, se evitarían, en su mayor parte, con hacer cumplir lo que es justo y, en parte está mandado y, al mismo tiempo la autoridad superior no sufriría la mengua de prestigio que todos ven, si el Sr. Piloto Mayor, hechas aquellas señales negativas, retirara su bandera por completo, pues de lo contrario, de seguir así, es decir, haciendo cada cual lo que quiere, sin orden ni concierto, vendrá un día, no lejano, que la navegación en el puerto de Bilbao, el comercio y los intereses de la provincia tengan que sentir males irreparables, que hoy hay medios más que suficientes para ponerlos a salvo, de lo cual se alegraría su atento S.S.

 

Firma: Justiniano”

 

Para dar contesto e importancia a esta carta, no solo hay que retrotraerse al interminable número de naufragios que se habían producido durante siglos en esta zona, sino que en esas mismas fechas, y como se recoge en otro de los apartados de la carta, se había producido otro grave suceso tal como indica el mismo autor:

 

Santurce 18 de marzo de 1882.

 

Muy señor mío, hoy ha podido ser otro día de repetido luto para este pueblo

A cosa de las diez y media de la mañana, una lancha de esta cofradía, que de Portugalete se dirigía a este puerto, al querer entrar en él, un fuerte golpe de mar la ha hecho zozobrar, quedando todos los tripulantes a merced de las corrientes e ímpetu de las olas; y si no hubiera sido por el pronto y eficaz auxilio que con denuedo, abnegación y riesgo de sus vidas les han prestado otras dos lanchas que, bien tripuladas por otros valientes de sus hermanos cofrades que han salido de este puerto; les han salvado de una muerte segura, recogiéndoles de entre las espumas y fuertes mares que les sacudían, hubieran perecido.

 

Siento no poder dar más pormenores y, en particular el número y nombres de los que, despreciando sus vidas, se han arrojado a salvar las de sus compañeros náufragos en peligro tan inminente, pero que no dudo, serán premiados por quien y como corresponda.

 

En el momento de embarrancar el “Volga” varios pecios se encontraban sumergidos en las inmediaciones siendo sus restos un peligro más para la navegación fluvial de la zona.

 

A.P.T.

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