En 1551 el portugués Fernão Lopes de Castanheda publicaba el primero de una serie de trabajos relativos a la llegada de los marinos lusos a las costas de la India.
El conjunto de esta obra llevaba por título “História do Descobrimento e Conquista da Índia pelos Portugueses”, una serie de 10 volúmenes de los que solamente ven la luz ocho de los mismos. Los dos últimos no llegaron a ser publicados por imperativo real debido a presiones de ciertos nobles.
El autor, Fernão Lopes de Castanheda, era hijo de un magistrado que desempeñó el cargo de juez en la localidad de Goa, permaneciendo en este lugar desde 1528 hasta 1538 periodo en el que recaba infinidad de datos que servirán en el futuro para la realización de este trabajo.
Tras pasar por importantes penurias económicas regresa a Portugal asentándose en la localidad de Coímbra donde desempeña el puesto de bedel de la universidad de esta localidad.
Los portugueses habían llegado a la India en 1498 de la mano de Vasco de Gama, marino lusitano que realiza varios viajes a esta zona geográfica donde los portugueses llegan a asentarse de manera estable durante siglos.
En una de estas expediciones viaja Iñigo de Portogalete, un maestro calafate de la tripulación de una de las naves que navegan hasta esta parte del continente asiático. Años después de su llegada, se le encuentra dentro de un grupo de 63 marinos que se asientan en una de las fortalezas construidas por los portugueses en los primeros años del siglo XVI, concretamente el 16 de abril de 1504.
Las escaramuzas y los conflictos con la población autóctona eran frecuentes en estas fechas, figurando en la citada publicación varias batallas vividas entre los marinos lusos y el Rey de Calicut y sus tropas.
Al poco del asentamiento de estos expedicionarios en tierras indias son atacados por el Rey de Calicut produciéndose varios combates navales, siendo herido en uno de estos “un calafate Vizcayno , llamado Iñigo de Portogalete, que le dio en un hombro una pelota de piedra del tamaño de una naranja”.
En otro de los párrafos se indica que durante el combate no fue socorrido por ninguno de sus compañeros, levantándose por sus propios medios con la citada herida en el hombro y otra en el rostro.
Se desconoce las vicisitudes que acontecieron al portugalujo Iñigo después de este enfrentamiento, pero lo que queda acreditado es la presencia de este marino en un viaje de estas características, en esta época y de la distancia recorrida por este calafate en unos tiempos en los que la navegación era un arte.
Iñigo de Portogalete, un marino jarrillero que llegó en su momento donde muy pocos europeos habían llegado y muy desconocido en la localidad en la que vio la luz.
A.P.T.
1 comentario:
Otra información que no sabía... eskerrik asko
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