En una de las últimas
entradas del blog dedicada a los boteros y al trabajo que los mismos llevan
desarrollando durante siglos, mostraba una imagen en la que se puede apreciar el
cruce de la ría de una de las lanchas utilizadas por este gremio de
trabajadores del mar para el traslado de todo tipo de mercancías de una margen
a otra.
Siguiendo las
indicaciones de uno de los lectores del blog en el que me indicaba a través de su
mensaje la importancia de este servicio público en el pasado para las
tradicionales sardineras facilitándolas la ventas de sus productos en la orilla
vecina, me he puesto a buscar entre los fondos gráficos que poseo una imagen
que pudiera recoger un momento como el que me manifestaba mi anónimo comunicante.
Si bien no tengo una
imagen con la suficiente nitidez que pueda cumplir unos requisitos mínimos para
su reproducción, si poseo un importante grupo de fotografías del pasado siglo
XIX en las que se puede observar con nitidez como se desarrollaba en su momento
el paso cotidiano de las tradicionales aldeanas desde la margen derecha hacia
la izquierda con el propósito de vender las mercancías propias de sus caseríos.
Para ilustrar estas
líneas he elegido una imagen en la que se pueda apreciar el momento
descrito así como nuestra localidad en un
segundo plano.
Las embarcaciones eran
dirigidas por dos boteros situados a popa y proa, facilitando el paso desde la
rampa de embarque hasta el interior de las lanchas a todos los usuarios de la
misma.
Las embarcaciones
disponían de la suficiente capacidad como para poder trasladar al menos a 9
personas de una manera holgada en cada uno de sus viajes, estando supeditado el
aforo al número bultos que pudieran portar cada viajero. Los viajeros, mejor
dicho, viajeras inmortalizadas en la fotografía, adecuan sus objetos de venta
envueltos en grandes sábanas mientras un joven espera su momento para
introducirse en el bote, posiblemente hijo de la muchacha que se encuentra ya
en la embarcación. En tierra, otra aldeana espera su turno para trasladarse
hasta la orilla izquierda de la ría.
Como se puede apreciar
en la imagen, el Puente Vizcaya no estaba construido en esas fechas por lo que
la instantánea está tomada con anterioridad a 1890 o durante los meses
anteriores al comienzo de las obras de este monumento.
Una imagen que refleja
uno de los momentos cotidianos que observaban los residentes de las dos
localidades separadas por las aguas de la ría y que creo que no va a dejar
indiferente a ninguna de las personas que la observen.
Espero que la entrada
guste y hasta la próxima.
1 comentario:
El tema es muy interesante y en este caso también la foto es espectacular. Se aprecian hasta las vestiduras del crio, de los boteros, de la aldeana. Pero si todavía tiene el "sorki" en la cabeza! Eskerrik asko.
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