Con anterioridad a la
construcción del Puente Vizcaya y desde hace siglos, la única manera de
comunicación entre la villa de Portugalete y la orilla vecina de Las Arenas no
era otro que el servicio de lanchas movidas a remo.
Los boteros,
generalmente vecinos de Portugalete, se encargaban de pasar de una margen a
otra de la ría pasajeros, bultos o animales, merced al esfuerzo humano,
facilitando la actividad comercial sobre todo en los días de mercado o con el
transbordo de viajeros que llegaban a nuestra localidad a través del
ferrocarril y necesitaban pasar a la otra orilla.
La llegada del Puente
Vizcaya redujo de forma considerable este servicio, activándose de manera
importante durante los años de reconstrucción del transbordador tras su
destrucción en la guerra civil. Desde 1937 hasta la reinauguración del Puente
en 1941 los botes volvieron a ser la forma de comunicación más rápida las
localidades de Portugalete y Getxo.
Que hoy en día pase un
camión de una orilla a otra o en el pasado los diferentes animales que durante
décadas han servido de ayuda a las aldeanas a transportar sus productos hasta el
mercado jarrillero a través del Puente Vizcaya, nos parece normal, pero si nos
retrotraemos al pasado, resulta difícil de imaginar cómo se podía realizar este
viaje fluvial con ciertos animales años antes de la construcción del coloso de
hierro.
Por ese motivo la
entrada de hoy está dedicada a esos antiguos boteros, bogadores que con su
esfuerzo, sorteando el continuo tráfico fluvial de los mejores momentos de la vida
de la ría, pasaban todo tipo de objetos y mercancías de una orilla a otra.
Y que mejor para
ilustrar estas líneas que acercar una instantánea del pasado siglo XIX,
concretamente de 1890, en la que se puede apreciar el paso de tres bueyes desde
la margen izquierda a la derecha en una prueba clara de pericia, dirigiendo la
embarcación un solo botero, navegando en las cercanías de remolcadores y barcos
de vela.
Una fotografía que
ilustra la actividad laboral de este gremio que perdura hoy en día, pero que
gracias a los avances tecnológicos no tienen que realizar el esfuerzo que efectuaron
sus antecesores.
Espero que la entrada
guste y hasta la próxima.
4 comentarios:
Supongo que también las sardineras agradecieron este servicio para poder ir a vender a los pueblos y aldeas de la otra márgen. La fotografía es espectacular. Gracias por estos y otros artículos.
Esta entrada me ha recordado que mi padre tenía un botecito amarrado en el dique de Portugalete. A base de remos salía al Abra y venía cargado de panchitos, chicharritos, ... Se llamaba ALIMAR. Lo vendió y pasó a formar parte de las obras del superpuerto. Nunca le sacamos una foto. Acaso en tu gran archivo tengas alguna en el que aparezca nuestro bote.
Sigo el blog de manera sigilosa, es un archivo de oro sobre todo para los jarrilleros. Una forma de recuperar la historia desconocida u olvidada. Gracias.
Mi abuelo era Portugalujo Valentin Lanos Sierra, yo me llamo haydée urrutia llanos,,,,,la guerra llevo a mi abuelo lejos Chile allí murió , se que fué botero , me encanta este blog , a lo mejor algún dia sabre algo más de su historia....mi madre tenía 7 años y sus recuerdos son vagos....
Haydée me gustaría si me pudieras facilitar un correo de contacto para comentarte unos temas sobre tu abuelo. El correo no se publicará en el blog. Gracias.
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