El 28 de agosto de 1933 dos
barcos pesqueros de la localidad de Bermeo chocaban a la altura de Castro
Urdiales pereciendo en el siniestro 11 tripulantes de la villa vizcaína.
Al parecer un de los barcos de
nombre Osasuna golpeó con la proa el costado de babor del pesquero Izaro,
produciéndose a consecuencia del impacto una importante vía de agua que
ocasionó el hundimiento de esta embarcación en cuestión de minutos.
El Osasuna también sufrió graves
daños, hundiéndose así mismo por el impacto por lo que las dos
tripulaciones se vieron en el agua al poco de producirse este accidente.
Los sobrevivientes permanecieron
nadando o aferrados a diversos objetos durante varias horas, siendo rescatados
por el pesquero de Mutriko “Chambeleno I” que se dirigía hasta las costas Asturias en
busca de caladeros.
Tras una llamada de auxilio de
esta nave de Motriku, varios pesqueros que se encontraban por la zona
participaron en las labores de socorro, recogiendo una embarcación asturiana,
una cántabra así como una motora a tres de los náufragos.
Tras una batida por la zona en
busca de posibles supervivientes, se dio por terminada estas labores de
búsqueda a la mañana de ese mismo día, trasladándose
los supervivientes de este accidente hasta el puerto de Bermeo.
El número total de personas
fallecidas ascendió a once, seis del pesquero Osasuna y cinco de Izaro, siendo
recuperados en un primer momento solamente dos cadáveres, concretamente de la
tripulación del Osasuna. Posteriormente
se recuperaron los cuerpos de otros dos marinos, dándose por desaparecidos y
posteriormente como fallecidos a siete de las personas víctimas de este suceso.
La conmoción por este suceso fue
amplia en toda la provincia, organizándose diversos actos encaminados a la
obtención de fondos con los que poder ayudar a los familiares de los marinos
fallecidos en este accidente.
Portugalete fue una de las
localidades que se volcó en recoger fondos con destino a las familias de los
marinos bermeanos, organizándose cuestaciones populares y actos para tal fin.
Las imágenes que acompañan estas
líneas corresponden a unos de esos actos, concretamente al paso de la Banda Municipal de Música de
Portugalete por las calles de Portugalete entonando diferentes melodías
mientras la cabecera de la misma da conocimiento de la recogida de dinero
encaminada a los familiares de los accidentados.
Como se puede observar en la
segunda fotografía, un grupo de voluntarias portan una sábana, sábana sobre la
que lanzaban diversas cantidades de dinero en metálico desde las ventanas y
balcones de las viviendas portugalujas.
Esta práctica de solicitar
dinero fue muy habitual durante años. Hasta bien entrados los años setenta del
pasado siglo, asociaciones, clubs deportivos así como otro tipo de
organizaciones portugalujas, solían solicitar una pequeña ayuda de sus
convecinos con el objeto de poder hacer frente a diferentes proyectos. La
práctica era similar a la que recogen las fotografías que acompañan a estas
líneas, una charanga, fanfarria o similar acompañaba a un grupo de voluntarios
fácilmente identificables por su indumentaria o la simbología de la sociedad a
la que pertenecían, recorrían las calles de la villa a los sones de distintas
piezas musicales que hacían salir a los balcones a los portugalujos y portugalujas,
momento en el que se les solicitaba la ayuda, arrojándose, generalmente
monedas, desde los domicilios a la sábana que portaban los voluntarios.
Las imágenes de hoy muestran la
solidaridad de nuestros antepasados con nuestros vecinos en momentos de especial
dolor, una solidaridad popular ante un suceso dramático.
Las fotografías que aquí se
muestran no se han reproducido hasta la fecha en las publicaciones relativas a
nuestra localidad, siendo de especial interés la que se observa a la Banda
Municipal de Música con el uniforme que portaban los mismos en esas fechas.
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