Este año
diversos países europeos han realizado homenajes en recuerdo de todos
aquellos ciudadanos y ciudadanas que padecieron los abusos del régimen nazi
durante la segunda guerra mundial, realizando una especial mención a todos
aquellos que fueron encerrados dentro de los diferentes campos de concentración
a lo largo de toda la geografía europea.
Miles de personas fueron asesinados en estos centros de
internamiento, salvándose en los últimos momentos de la contienda un grupo
reducido, que bien gracias a la fortuna o a sus condiciones físicas, pudieron
contar a sus descendientes el gran número de sufrimientos que padecieron
durante su estancia en estos lugares de reclusión.
Durante la
segunda guerra mundial varios portugalujos fueron apresados por las tropas
alemanas siendo internados en campos de concentración.
Con toda
seguridad en que más tiempo paso en estos centros de internamiento fue Pedro Madariaga
Rekalde, nacido circunstancialmente en la localidad de Bermeo el 23 de octubre de
1903 (aunque parte de la familia era originario de esta villa pesquera en el
momento de su nacimiento sus progenitores residían en Portugalete) residiendo
durante toda su vida en la villa jarrillera.
Pedro
realiza sus estudios en nuestra localidad, dedicándose en su mayoría de edad al
mundo de la mar de manera profesional.
Tras el
estallido de la guerra civil es movilizado junto con el resto de la población
masculina capacitada para usar armas. Su destino es dentro de la Marina
Auxiliar Vasca dependiente del Gobierno Vasco integrando la tripulación de una
de las embarcaciones dependientes de esta institución.
En esas
fechas tenía 34 años, estaba casado y tenía dos hijos, una chica de cinco años
y un chico de nueve meses.
En el país vecino
y tras un periplo de adaptación y después de trabajar en diversos oficios, se
trasladará hasta Inglaterra, país donde logra
obtener un empleo como marino dentro de una compañía naviera.
En 1940 y
mientras viajaba a bordo de un barco desde Lisboa con rumbo a Inglaterra es bombardeado
en aguas francesas por fuerzas alemanas, ejercito que ya ocupaba todo el país
vecino sin apenas resistencia.
Obligado a abandonar
la nave y trasladarse a tierra a bordo de los botes salvavidas, Pedro es
detenido junto con el resto de su tripulación, siendo confinado en un campo de
concentración ubicado en Francia. Tras este primer campo vendrán más. Se le
traslada a Austria donde será internado en un campo de prisiones formado en su
mayor parte por marinos de distintas nacionalidades.
De este
campo será trasladado por varios más hasta sumar un total de 13 campos de
prisioneros, “residiendo” en lugares tan
temibles y famosos en el tiempo como Matchaussen, Bremen, Auschwitz o Dachau,
permaneciendo en este último campo hasta la liberación del mismo por tropas
americanas.
Pedro pasó
por trece campos de concentración siendo trasladado en trenes destinados a
ganado, con una alimentación paupérrima y sufriendo maltrato y torturas de
manera continuada, sufriendo en carnes propias los desmanes de sus diferentes
captores, siendo en el momento de la liberación uno de los pocos supervivientes
que vivieron toda la guerra mundial prisionero de las tropas alemanas.
En el
momento de la liberación del campo de concentración de Dachau, Pedro Madariaga medía
1,87 metros y pesaba 47 kg.
Viendo el
estado en el que se encontraba el mismo fue trasladado hasta Francia por las
tropas aliadas donde será ingresado en un sanatorio para su recuperación.
Tras mejorar
de parte de sus dolencias se trasladará hasta Biarritz, localidad donde será
acogido por un amigo de su padre durante una temporada. De esta localidad
francesa se trasladará hasta Inglaterra, país en el que logra nacionalizarse.
En
Inglaterra volverá a ejercer el oficio que había desempeñado durante toda su
vida, el de marino.
Durante 12
años estará sin poder reunirse con su familia, el temor a la
dictadura del general Franco y las posibles represalias contra el mismo por su
participación en la guerra civil pensaron durante muchos años hasta dar el paso
definitivo se volver y asentarse con los suyos en Portugalete.
Mientras
Pedro estaba prisionero, su esposa, maestra de profesión, sacaba a delante a
los hijos de la pareja.
Con el
estigma en ciertos círculos de esposa de combatiente republicano, logró la
plaza de maestra en la localidad cántabra de Silió.
Se dio la
paradoja que mientras Pedro se encontraba prisionero de las tropas alemanas en
uno de sus campos de concentración, su esposa se vio obligada a albergar a
algunos miembros de la Wehrmacht en una visita realizada por oficiales del ejército
alemán a la zona donde la misma desempeñaba sus funciones de maestra.
La esposa de
Pedro, tras finalizar su labor docente en la localidad de Silió, fue profesora
en diversas localidades, finalizando su carrera como maestra en el colegio
Maestro Zubeldia de Portugalete.
Tras la
reunificación de la familia, Pedro fallecería el 14 de enero de 1970. Pedro Madariaga
Rekalde tuvo en vida el triste privilegio de ser uno de los pocos prisioneros
capturados por las tropas alemanas que por más campos de concentración pasaron,
que conocieron a los más célebres centros de internamiento que hoy se estudian
en los libros de historia y que por lo tanto fue un testigo de primer orden de
las atrocidades que se realizaron en esos campos de concentración durante la
existencia de los mismos.
Esta entrada
no solo quiero recordar la memoria de uno de nuestros convecinos, una memoria
mantenida hasta nuestros días por sus seres más queridos conocedores como nadie
del sufrimiento que llegó a padecer Pedro durante esos años en los que estuvo
confinado en los campos de exterminio en condiciones extremas, si no también quiero
reconocer la labor de su esposa, la compañera que supo sacar adelante y cuidar
a los hijos de la pareja. Una labor difícil para una maestra esposa de un combatiente
que defendió la legalidad republicana y que tras el exilio del mismo para
salvar su vida, lucha en un ambiente marcado por una dictadura nacida tras una
confrontación civil por sus hijos, la dignidad de su trabajo y llorando sola la
ausencia de su compañero de viaje, ese ser querido que se encontraba en un lúgubre
campo de exterminio hacinado junto a miles de presos de distintas
nacionalidades.
A ambos en
primer lugar y a sus hijos y nietos que todavía hoy en día mantiene el recuerdo
de Pedro Madariaga Rekalde con el fin de dar a conocer su periplo durante cinco
años y lo que a él le sucedió nunca más le vuelva a suceder a nadie, le dedico
esta entrada.
Agradecer
así mismo los datos facilitados por los mismos, y que gracias a ellos, la vida
de su antepasado puede ser conocida por todos los que de manera continua
visitan este blog.
Junto a
estas líneas y a modo de ilustración insertó una fotografía de Pedro Madariaga Rekalde
tomada años después de su llegada a Portugalete, una imagen de uno de los
libros registro del Campo de Concentración de Dachau en la que se puede
apreciar el nombre de Pedro Madariaga, su lugar de nacimiento y otros datos del
mismo como su domicilio en Portugalete antes de marcharse al exilio y
finalmente una fotografía del momento de la liberación del campo de Dachau por
las tropas americanas.
Espero que
la entrada guste y hasta la próxima.
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