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domingo, 27 de diciembre de 2015

PORTUGALETE AL NATURAL EN LOS AÑOS 30 DEL PASADO SIGLO.



Tal como comenté en mi última entrada hoy acerco al blog un documento gráfico de gran importancia que muestra la esencia de lo que fue nuestro pasado en las primeras décadas del pasado siglo XX. 

Un documento localizado por el que estas líneas suscribe en el archivo digital cuya firma se puede apreciar en las propias imágenes y que tras una labor de investigación he logrado dar con el mismo en primicia y ponerlo a disposición de todas las personas que visitan este blog de una manera periódica.  

Unas imágenes de un día de fiesta, con total seguridad un domingo, en las que se reflejan a  todas las capas de la sociedad portugaluja así como de los pueblos limítrofes, miembros que acudían a nuestra villa en busca de diversión.

Las imágenes  están tomadas unos años antes del comienzo de la guerra civil y muestran a las claras el ambiente y la importancia de portugalete como marco y punto de asueto en las fechas en las que las mismas están tomadas.

A los acordes de la banda municipal de música cientos de parejas bailan pegadas unas a otras mientras la cámara recoge unos minutos de la vida de nuestros antepasados.

Las imágenes que comienzan con unos primeros planos del Puente Vizcaya y de unos jóvenes portugalujos que se encuentran junto a la base del mismo mirando con detenimiento al cámara.

Desde una zona próxima a la basílica de Santa María se puede apreciar el ambiente festivo. Las atracciones del momento, las barracas, los vendedores de globos y así hasta un largo etcétera que son inmortalizados para siempre.   

Las señoritas más pudientes observan la escena desde el Hotel Portugalete mientras desde las terrazas del mismo local unos pocos afortunados, sentados y tomando unos refrescos, ven pasar a cientos de personas que vienen y van de manera ordenada por el Muelle Churruca.

La prenda masculina más reproducida es la txapela mientras en un recorrido visual se pueden apreciar algunos de los establecimientos hosteleros que existían en las inmediaciones de la plaza en esas fechas.

Llama poderosamente la atención el gran número de paseantes que circulan por el Muelle Churruca en dirección contraria además de ciertos ornamentos arquitectónicos que todavía perduran en alguna vivienda de la zona aunque bastante deteriorados en estos momentos.

En los escasos dos minutos que dura la filmación cientos de portugalujos de todas las edades aparecen en la misma, jóvenes, mayores, féminas, etc., personas que en algunos casos pueden ser reconocidos por sus descendientes.

Este documento no ha sido reproducido nunca en ningún blog, bitácora u otro medio de información relacionado con internet por lo que como sucedió en el caso de las fotografías del pintor burgalés Juan Antonio Cortés tengo el honor de poder acercar a todos los portugalujos una imágenes únicas de su pasado en primicia.

Se de antemano que como en el caso anterior otros se arrogaran  el mérito de su localización y publicitaran en esos medios que se nutren en parte con dinero público su descubrimiento como un acto meritorio, algo que será refrendado por palmeros, sobachepas y  pequeños personajes de escasa talla humana e intelectual que aun a sabiendas de que la fuente originaria  de muchos de los contenidos de los que se nutren es este blog, continúan de manera periódica tomando las aportaciones que desde aquí se hacen para el disfrute general sin citar la fuente originaria desde donde se dan a conocer.

A ver con que nos sorprenden en esta ocasión después de dar a conocer este documento gráfico.

Sin otro particular espero que estos dos minutos escasos de la historia de nuestra villa gusten dándoles la importancia que los mismos merecen.

Espero que la entrada guste y hasta la próxima.
   

domingo, 1 de marzo de 2015

EL TRADICIONAL MERCADO DE PORTUGALETE EN LA ÚLTIMA DÉCADA DEL PASADO SIGLO XIX.



La entrada de hoy está nuevamente dedicada al trabajo del pintor burgalés Juan Antonio Cortés García, un reconocido artista de su tiempo que durante varios años veraneó junto a su familia en nuestra localidad. 

Las fechas de estancia del mismo se encuentran dentro de la última década del pasado siglo XIX, desde 1890 a 1898 aproximadamente. 

Si habría que destacar dos particularidades de las imágenes tomadas por Cortés serian sin lugar a dudas la calidad de las mismas, las placas de cristal eran de un tamaño considerable por lo que al positivarlas en papel la calidad de la instantánea permanecía casi invariable, y sobre todo el trabajo del autor de las mismas. 

Este último apartado es el más destacable. Cortés logra como nadie inmortalizar momentos cotidianos de un día cualquiera de los que permanece en Portugalete durante sus veraneos en la villa. La creatividad es algo que se palpa en cada instantánea, algo que conocen bien las personas con ingenio, los que no copian ni viven parasitando el trabajo de los demás.

Aunque una parte importante de las fotografías reproducen distintos rincones de la playa y sus inmediaciones, no solo recogen este rincón jarrillero, algo que varios autores ya habían plasmado con anterioridad, si no que retrata a los portugalujos del momento en su vida diaria. Desde el aguacil abroncando a las aldeanas por algún motivo económico (las aldeanas pagaban un impuesto por poder vender sus productos en Portugalete) hasta la imagen de los lugareños que observan entretenidos el mal genio del funcionario público. Portugalujos de todas las edades calados con la típica boina.



Cortés pasea por la villa de un extremo al otro. Recoge imágenes de los barcos fondeados en la dársena de Galdames, el pequeño puerto situado en el Muelle Viejo, la Plaza del Mercado, las inmediaciones del Puente Vizcaya, recorriendo el Muelle Churruca hasta llegar a la Torre de Señales y la playa, continuando recorrido a través de las tablas del Muelle de Hierro.

Fotografía nuestra localidad desde Sestao, Santurce y Las Arenas, inmortalizando de manera especial el tráfico fluvial así como los viajes que él y sus acompañantes realizan por distintas zonas de la ría.

Llama poderosamente su atención el Puente Vizcaya, fotografiando esta obra durante distintos momentos de su estancia en Portugalete. Gracias a Cortés podemos contemplar hoy en día una de las pocas fotos que existen de esta obra en los años de su construcción.

Retrata a la sociedad jarrillera del momento, una sociedad fácilmente clasificable a tenor de la indumentaria que lucen los mismos.  Desde las añas y personal de servicio de las grandes mansiones que pueblan Portugalete, hasta los propietarios de las mismas y el pueblo llano, los que tienen que ganarse la vida día a día para mantener, en la mayor parte de los casos, una numerosa prole.

Se puede observar a jóvenes féminas cuya edad estaría hoy en día en la obligación de permanecer en algún centro escolar recibiendo clases de todo tipo, trabajando cuidando niños, los más pequeños de las grandes familias o de las veraneantes, para aportar un salario al conjunto de sus respectivas familias.



Las imágenes de nuestra villa no solo están tomadas por Cortés a pesar de ser parte de su archivo personal. En varias instantáneas aparece el mismo junto a los suyos, incluso posa subido sobre una roca en la zona de Peñota, apareciendo en varias de estas fotografías el conjunto de la familia junto a algún amigo y lo que parece ser una cámara fotográfica del momento sustentado por personas de su entorno.      

En esta nueva entrada dedicada a este reconocido artista burgalés acerco alguna de sus imágenes más costumbristas, las cotidianas que observaron de manera habitual los portugalujos de finales del pasado siglo XIX. De entre las mismas he destacado tres en las que se pueden ver distintos motivos durante un día de mercado. La ya descrita con anterioridad imagen del alguacil municipal colérico batiendo con genio su vara mientras es observado por distintos portugalujos de diferentes edades (bien pudiera ser este alguacil el célebre de la jota  que en una de sus estrofas indicaba “que por no trabajar te has metido alguacil y a las pobres aldeanas no las dejas vivir que las sacas los cuartos para beber chacolí”).

Las otras dos imágenes complementan a esta, observándose diferentes zonas por las que se repartían las vendedoras durante los días de mercado.

Tal como ya indiqué en entradas pasadas, en próximas fechas acercaré otro grupo de fotografías realizadas por este reconocido artista burgalés.

Espero que la entrada guste y hasta la próxima.

viernes, 7 de noviembre de 2014

REMOLCADOR Y BARCO POR LA RÍA EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XX.



La evolución de los medios de transporte fluviales ha sido una constante a través de los siglos. El marco geográfico donde se encuentra ubicada la localidad de Portugalete ha permitido que los habitantes de la villa jarrillera hayan podido contemplar” in situ” esta transformación durante generaciones.

La invención de la máquina de vapor fue el principal detonante para obtener una fuerza motriz diferente de lo que se conocía en las embarcaciones de todo tipo hasta esas fechas, alejándose poco a poco de los medios tradicionales de desplazamiento que no eran otros que la fuerza del viento o el propio impulso humano a través de diferentes herramientas.  

Esta evolución ha quedado plasmada en los últimos tiempos por infinidad de fotografías, instantáneas en las que se puede apreciar a barcos construidos con diferentes materiales y distinta arboladura surcando las aguas de la ría arriba y abajo, luciendo los pabellones de los países a los que pertenecían.

La entrada de hoy está dedicada a una de esas imágenes cargadas de historia. Con el fondo de nuestra localidad, un remolcador que ha evolucionado desde la tracción de las paletas a otro tipo de máquina, conservando el toldillo que resguardaba la caña del timón todavía descubierta, navega tras un barco que todavía conserva los mástiles utilizados por sus antecesores en el pasado para moverse por la fuerza del viento.    

La fotografía está tomada en la primera década del pasado siglo XX, siendo inmortalizado en esta imagen nuevamente el Puente Vizcaya.

Si miramos la misma con detenimiento podemos observar el desaparecido fuerte San Roque, la antigua estación del tren o el Hotel Portugalete con sus toldos desplegados, lo que hace sospechar que la imagen fue tomada en la época estival.

Una instantánea no reproducida hasta la fecha en ninguna de las publicaciones o páginas dedicadas a nuestra localidad, esperando que la misma guste a todos los que de manera habitual visitan esta bitácora.  

Espero que la entrada guste y hasta la próxima.