Uno de los buques más emblemáticos de la pasada guerra civil
es sin lugar a dudas el “Habana” barco de la compañía trasatlántica encargado
de evacuar desde el puerto de Santurce a otros puertos europeos, a un gran
número de niños vascos con el propósito de alejarles de los rigores de la
guerra.
A la finalización de la contienda, este barco que había
navegado bajo la bandera de la Republica, es reclamado junto con otros 67
buques españolas, todos ellos fondeados en puertos franceses, por las
autoridades de bando nacional.
El “Habana” recala en nuestro puerto el 27 de junio de 1937,
pasando casi de manera inmediata hasta los astilleros de la Naval para la
reparación de todas las partes afectadas durante su periplo en aguas galas.
El 14 de septiembre de ese mismo año y cuando se encuentra en
el interior de los astilleros de Sestao, sufre un importante incendio lo que
origina un gran número de daños tanto en las maquinas como en el resto de su
estructura.
Tras este incidente y la posterior valoración de los daños
ocasionados en toda su fisonomía, las autoridades de la época deciden
reconstruirlo, saliendo de los astilleros una nave que poco o nada se parece al
“Habana” que evacuó a los niños vascos hasta otros puestos europeos.
Fue, llamémosle, botado nuevamente en 1942 como buque de
carga con una capacidad de 518.000 pies cúbicos de carga.
Durante la segunda guerra mundial navego como buque de carga,
llevando pintadas la bandera de España tanto en el lado de babor como en de
estribor, señal de que navegaba bajo bandera de país neutral.
A la finalización de la segunda guerra mundial fue nuevamente
transformado, en esta ocasión como buque de pasaje y mercancías, sirviendo bajo
pabellón de la Compañía Trasatlántica hasta el final de sus días.
En 1960 finaliza sus singladuras siendo amarrado
definitivamente en el puerto de Vigo donde fue desguazado.
Para acompañar estas líneas inserto un par de imágenes de este emblemático e histórico barco tras su
cambio de fisonomía a su paso por nuestra localidad.
Como se puede observar en las mismas, el Muelle de Hierro y
la playa de Portugalete fueron mudos observadores del paso de este barco por
nuestras aguas.
Espero que la entrada guste y hasta la próxima.
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