domingo, 10 de febrero de 2013

TOMÁS OLLEROS MANSILLA, COMANDANTE DE LA GOLETA "BUENAVENTURA" EN EL SITIO DE PORTUGALETE EN LA ÚLTIMA GUERRA CARLISTA.


Todo lo concerniente con la última guerra carlista vivida por nuestra localidad en los años 70 del pasado siglo XIX siempre han sido de especial interés a estudiosos e investigadores de la historia de Portugalete.

Gracias a escritos de testigos presenciales del momento tenemos conocimiento de muchas de las vicisitudes que tuvieron que pasar nuestros antepasados en esas fechas, el sufrimiento infringido a la población civil así como la destrucción de algunas de las edificaciones que se encontraban en pie en aquellas fechas.

Solo hay que darse una vuelta por algunas zonas del casco viejo, zona donde se congregaba más del 90% de la población portugaluja en esas fechas, para observar huellas imborrables de la contienda bélica.

De este periodo también se conserva el nombre de una de las arterias principales de nuestra localidad, Carlos VII, nombre puesto a la misma por una corporación municipal de la etapa de la dictadura y que el PSOE local, al mando de la alcaldía desde las primeras elecciones municipales, no ha querido retirar del callejero portugalujo. Se han retirado otros nombres y se han creado nuevas, pero esta en concreto no se ha modificado en su denominación.

El señor Carlos VII responsable del sitio de nuestra localidad y por tanto de las penalidades y sufrimientos de la población jarrillera en esas fechas, se le otorga una calle, honor destinado a personas con méritos destacados  de entre la población, en agradecimiento a que, al sufrimiento, un poco surrealista, mientras personas con talla internacional nacidos en nuestra localidad como científicos o literatos sufren el más absoluto anonimato y reconocimiento local. En fin, como suele decir un antiguo compañero de trabajo “lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta”.


La entrada de hoy la dedico a una de las personas que contribuyeron a la defensa de nuestra localidad desde el mar, me refiero a Tomás Olleros Mansilla, Comandante de la Goleta “Buenaventura” durante este periodo de guerra.

Tomás Olleros Mansilla nació en Béjar el 14 de agosto de 1838. En 1849 y con tan solo 10 años ingresa  en el Colegio Naval Militar de San Carlos.

En 1856 obtiene plaza de Guardamarina de 2ª clase embarcando en la corbeta “Isabel II pasando posteriormente a ocupar el mismo puesto en la fragata “Esperanza.

Se enrola en un barco de vapor realizando continuos viajes desde la península hasta la isla de Cuba. En la gran antilla recorre sus costas durante cerca de un año, regresando enfermo a la península.
En 1858 participa en una misión científica que tiene como objeto navegar hasta Fernando Poo y Guinea para el estudio de las mareas. Un año después dirige sus destinos hacia Puerto Rico, navegando en 1860-1861 a Montevideo y Buenos Aires. En estas fechas asciende a Alférez de Navio.

En 1864 se le encuentra  dirigiendo como Segundo Comandante y Ayudante de Derrota en la corbeta “Circe” en un viaje a Filipinas, cuya función consiste en la repatriación de  tropas enfermas y heridas, así como la protección de convoyes siendo nombrado tres años después Comandante del cañonero “Bojeador” y posteriormente de la nave “Volcán de Albay”, ascendiendo en 1868 a Teniente de Navío de Segunda Clase.

Entre 1870 y 1873 navega por las aguas de Puerto Rico y Cuba. Al finalizar se le confirió a la tripulación de la corbeta “Tornado” como Segundo Comandante, participando en el apresamiento del buque Norteamericano “Virginius” que portaba armas para los rebeldes cubanos, y  del vapor “Horbet”. Más tarde pasó a ser comandante del cañonero “Descubridor” ascendiendo posteriormente a Teniente de Navío de 1ª Clase.


En reconocimiento a sus actividades bélicas en las costas americanas se le concederá  la Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco de 2ª Clase y la Medalla de Cuba.

En 1873 se incorpora a la escuadra de protección del Ejército del Norte en el tercer sitio de Bilbao como Comandante de la goleta “Buenaventura”. Con esta nave protegerá  del asedio carlista a Portugalete y Bilbao, realizando incursiones en tierra al asalto de posiciones enemigas. Desde la localidad vecina de Sestao se le hostiga de manera continuada con fuego de artillería y fusilería defendiéndose el “Buenaventura” de manera desigual, sufriendo en algunos de estos combates varios muertos de su tripulación así como grandes daños dentro de esta embarcación.
En uno de los combates la “Buenaventura” logra darse a la fuga gracias al socorro del vapor “Gaditano” valiendo a su Comandante la concesión de la Cruz de San Fernando por sus servicios en la defensa de nuestra localidad.    

Un gran marino que arriesgó su vida en defensa de nuestra localidad cuando estaba siendo bombardeada de manera muy dura por las tropas que la rodeaban.

Espero que la entrada guste y hasta la próxima. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

y si ponemos una calle a la Legión Cóndor, también nos bombardearon en la guerra.