Durante siglos, la ría ha sido el
mudo escenario del paso de miles de
barcos de todo tipo y tonelaje que en
algunas ocasiones causaban asombro por su fisonomía y diseño.
Con la llegada de las máquinas de
vapor y su inclusión en las naves del momento como fuerza motriz, el tamaño y
la arboladura de los barcos aumentan de manera considerable. Se construyen buques con una capacidad desconocida
hasta el momento, siendo a finales del siglo XIX cuando la industria armamentística
diseña y lleva a efecto un buen número de navíos de combate como no se habían visto hasta la
fecha.
Los astilleros ubicados a orillas
de la ría se cuentan como los más activos e innovadores de finales del pasado
siglo XIX, encargándoles la construcción de una parte importante de los buques
de la armada de estas fechas.
Durante la última década del
siglo XIX se construyen en los astilleros de los hermanos Martínez Rivas una
serie de tres acorazados denominados “Clase
Vizcaya” unas naves de más de 100 metros de eslora que por su fisonomía y
aspecto no dejaron indiferente a ninguna de las personas que tuvieron el placer
de observarlos navegar.
El primero en construirse fue el “Infanta
María Teresa” en 1893. A este le seguirían un año después sus hermanos el “Vizcaya”
y el “Oquendo”, todos ellos destruidos el día de la Virgen de la Guía de 1898
en la batalla de Santiago de Cuba.
La prensa del momento recoge en
sus páginas gran parte de las vicisitudes de estos barcos de combate desde el
mismo momento de su botadura, reflejando en sus crónicas distintos aspectos de
los mismos así como la impresión que causaban en el pueblo llano sus figuras,
en muchas ocasiones, nunca vistas hasta la fecha.
La entrada de hoy la dedico a las
distintas imágenes recogidas tanto en formato fotográfico como en grabados del
paso de estas naves por las inmediaciones de nuestra villa.
Desde el paso del “Infanta María
Teresa” por debajo del Puente Vizcaya, algo que jamás se había dado hasta la
fecha por un buque de ese tamaño, hasta la salida de sus hermanos gemelos tras
la finalización completa de los mismos a mar abierto.
Como se puede apreciar en la
selección de imágenes que he realizado, cada salida a mar abierto o entrada ría
arriba era seguida por una gran presencia de portugalujos que llenaban todo el
espacio existente en los muelles jarrilleros, algo seguido por grandes y
pequeños con el asombro de ver esas enormes naves flotando en las aguas de la
ría.
Las cuatro primeras imágenes corresponden
a la entrada del “Infanta María Teresa” entrando en la ría camino de los
astilleros del Nervión. Las cuatro siguientes datan de los primeros días del
mes de agosto de 1894 en los que el acorazado “Vizcaya” realiza diversas
maniobras tras su salida del astillero, siendo las cuatro últimas
correspondientes al “Oquendo” y también corresponden del mismo mes de agosto
pero estas de los días finales del mismo.
Una muestra de las naves que se construían
en nuestras inmediaciones a finales del siglo XIX y de la expectación que
creaban en el público en general a su paso por la ría durantes sus diferentes viajes.
Espero que la entrada guste y
hasta la próxima.
1 comentario:
Piloto, te falta poner "paso", en el encabezamiento "a su ---- por Portugalete"
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