La entrada de hoy está dedicada a
una de las primeras, por no decir la primera, mujer periodista que estuvo
retrasmitiendo sus crónicas desde el
frente de batalla durante la pasada guerra civil. Me refiero a Cecilia G. de Gilarte, periodista tolosarra
que vivió durante esos convulsos momentos en nuestra localidad.
Cecilia se casó en Portugalete con
Amos Ruiz Girón, Comandante del Batallón Disciplinario de Euzkadi que se
encontraba en esas fechas acantonado en nuestra localidad, conviviendo con su
esposo en Portugalete siempre que los acontecimientos bélicos así se lo permitían.
Sobre esta reconocida periodista
y su estancia en nuestra localidad existen diferentes trabajos, siendo el más importante
de los mismos un libro sobre ella editado y realizado por la Asociación Sancho
de Beurko Elkartea, libro que recomiendo
su lectura.
Como acercamiento a la figura de
esta periodista, en la entrada de hoy reproduzco un artículo aparecido hace
escasas fechas en la prensa local en el que se aportan diversos datos sobre
Cecilia G. Gilarte.
Como es habitual en este blog
cada vez que se reproduce un artículo de otro autor, al final de la entrada
aparece un enlace para todos aquellos que deseen leer este artículo en su
formato original. Inserto así mismo distintos enlaces de trabajos sobre esta
periodista que se pueden encontrar en la red, teniendo una visión más global de
los que fue su vida durante la guerra así como el periplo vivido por la misma y
su familia durante su exilio.
Para ilustrar esta entrada acerco
diversas imágenes de la misma en diferentes periodos de su vida, pudiéndose
observar en varias de las mismas desde su estancia en el frente de batalla así
como en compañía de su esposo el Comandante Ruiz Girón.
Espero que la entrada guste,
teniendo de esta manera unas pequeñas noticias de una de esas mujeres que
rompieron moldes adentrándose y
desarrollando oficios que hasta la fecha estaban solamente realizados por
varones.
La tolosarra Cecilia G. de Guilarte fue la primera
corresponsal en los frentes del Norte en la Guerra Civil. Siempre escribía sus
crónicas en primera persona.
18.02.14
ITSASO
ÁLVAREZ |
Nacida en Tolosa en el seno de una
familia obrera de origen burgalés procedente de La Bureba, Cecilia G. de
Guilarte (1915-1989) era la mayor de cuatro hermanos. Su padre, un militante
anarquista que trabajaba en la Papelera Española, fue la persona que más influyó
en su decisión de hacer de la pluma su oficio. Cecilia trabajó durante un
tiempo en la Papelera, lo que le llevó a militar en las Juventudes Libertarias
y a derivar su gran vocación, la de escritora, hacia las publicaciones
sindicalistas. De hecho, desde temprano quiso contar cosas. Con 11 años publicó
su primer relato sobre el vuelo transoceánico del Plus Ultra, a los 16 ganó un
concurso de cuentos, a los 17 escribió una serie de artículos sobre la lucha de
clases en Italia para el periódico anarquista canario 'En Marcha' y a los 20
años publicó unos relatos breves, a la par que se labraba un prometedor futuro
como periodista en el semanario 'Estampa' de Madrid. El golpe de Estado de 1936
contra el gobierno de la República Española, que dio comienzo a la Guerra
Civil, le acabaría llevando por los derroteros del periodismo de guerra.
La sublevación militar le sorprendió en
Gipuzkoa y se incorporó al grupo anarquista Los Temerarios, compartiendo los
avatares de los milicianos mientras ponía su apasionada pluma al servicio de la
causa antifascista del donostiarra Frente Popular y colaboraba con 'CNT Norte',
según relatan Guillermo Tabernilla y Julen Lezamiz, de la Asociación Sancho de
Beurko, en 'Cecilia G. de Guilarte, reportera de la CNT' (Ediciones Beta). Esta
mujer obtuvo varias exclusivas, como la entrevista que le hizo al aviador
alemán Karl Gustav Schmidt, derribado sobre Bilbao tras el bombardeo del 4 de
enero de 1937, día en que la muchedumbre penetró en las cárceles de la ciudad y
causó una matanza entre los presos franquistas; y como la cita con un
prisionero italiano del Corpo di Truppe Volontarie, capturado por las tropas
vascas en el frente de Bermeo, en la batalla de Sollube en mayo de 1937. En
este reportaje, el combatiente se justificaba asegurando que era un campesino,
y que en Italia se moría de hambre. La periodista condensaba la sinrazón de
toda guerra en dos frases. "Es la Italia que ha venido a España. La Italia
que muere en España, por no morir de hambre en su tierra".
Cecilia escribía sus crónicas de guerra
en primera persona, como se ve en este vehemente artículo sobre Karl Gustav
Schmidt publicado en 'CNT Norte' el 12 de enero de 1937:
"Ante los aparatos fascistas
destrozados, ante los cadáveres carbonizados de los aviadores alemanes me he
sentido más periodista que nunca. Y también más joven. Me parecía que el
cotidiano 'tranquilidad en toda la provincia' del gobernador y el 'niño mordido
por un perro' de toda la vida se rebelaban, cansados, sin duda, de ser las
noticias salientes del día. Uno de los aviadores fascistas ha resultado ileso,
se decía. Y la noticia se agrandaba. Corría kilómetros y se repetía de una a
otra punta de la provincia.
-Hay que buscarlo -me he dicho-. ¿Cómo?
No quiera el lector saberlo. Imagínese
todos los trucos periodísticos, todas las ventana, escaladas que quiera, y aún
resultará pálido ante la realidad.
Bilbao era una ola de pasión. Se pedía la
muerte del que con tan traidoras intenciones llegó a Vizcaya. La pedían las
madres que saben de dolor y de ternuras. La pedía el pueblo sintiendo la
bofetada alemana en pleno rostro. (...)
Angustia en los ministerios. Pasión en la
calle. Titubeos. Un hombre de pronto. Sólo él sería capaz de llevarse al preso
pasándolo por entre la multitud impaciente ya para evitar que la justicia del
pueblo se cumpliese con demasiada premura.
Y Schmidt Karl Gustav, el aviador alemán
cuya vida un pueblo entero reclama, atravesó Bilbao, lleno el rostro de asombro
y temor, ante las gentes agitadas en oleadas de sentimientos vengadores.
Es preciso verle, hablarle. He querido
borrar de mi memoria las peripecias que esto me costó. (....)
-¿Qué opinas de la aviación leal?
-Son valientes -responde lacónico.
-¿Y ahora? -le pregunto.
Hace un gesto de indiferencia. Se ve que
lucha por aparecer tranquilo sin conseguirlo. Hay en sus ojos azules una sombra
de tristeza, parecida a la que se observa en las gallinas próximas al
sacrificio. Con la vista fija en el suelo, contesta:
-Ya sé que no saldré de aquí. Al
principio creí que esto terminaría enseguida... todos lo creímos así".
A Schmidt no le interesaban demasiado las
preguntas de Guilarte. Se limitaba a contestar formulando otro interrogante.
Siempre el mismo. "¿Me van a matar?".
Guilarte cubrió para el periódico de la
CNT los frentes de Gipuzkoa, Bizkaia, Santander y Asturias entre 1936 y 1937.
Ofreció una visión de la guerra muy alejada de los tópicos que asignaban a la
mujer periodista un rol de mera propagandista. En medio de todo ello, vivió una
historia de amor con el eibarrés Amós Ruiz Girón, gudari que llegó a ser jefe
del Batallón Disciplinario de Euskadi, y recibió una estocada, la muerte de uno
de sus hermanos en el frente.
G. de Guilarte permaneció en Cataluña
hasta febrero de 1939. Poco antes de finalizar la guerra emprendió el exilio a
Francia y colaboró en el periódico 'Le Soud-Ouest'. En 1940 embarcó rumbo a
México, donde trabajó en la revista 'Rumbo' y fue directora de las
publicaciones 'El Hogar' y 'Mujer', al tiempo que colaboró en diversas
publicaciones vascas del exilio, entre ellas, ‘Euzko-Deya’, ‘Gernika’, 'Boletín
del Instituto Americano de Estudios Vascos', 'Tierra Vasca', etcétera. En la
capital mexicana militó en Izquierda Republicana de Euskadi. Fue socia
fundadora del Ateneo Español de México y jefa del departamento de Extensión
Universitaria y directora de la revista 'Universidad de Sonora', donde impartió
Historia del Arte e Historia del Teatro. En 1964, regresa a Tolosa, mientras
que su marido permanece en México hasta la muerte de Franco. Guilarte tuvo que
vivir hasta su muerte el segundo exilio o el exilio de la "tierra del
exilio" y de parte de su familia. Ya en España, colaboró en 'La voz de
España' y en el periódico mexicano 'Novedades'. Es autora también de novelas,
relatos, ensayos, obras de teatro y biografía, incluso llegó a ser finalista
del Premio Planeta.
Merece la pena recordar un fragmento de
'Un barco cargado de…', libro que recoge su la crónica de su exilio a México
desde Francia. Encaja cómodamente con la literatura de viajes, sirviéndose de
las técnicas novelísticas para presentar sus recuerdos de una manera más amena
y dar cabida, dentro de este espacio polifónico que es el barco, a las voces de
los protagonistas de su historia:
"Mientras iba, pensé que España se
hace y rehace a sí misma, una y múltiple, sobre el espacio de un ladrillo.
Junto al grupo de los vascos, un hombre cantaba con íntimo estremecimiento uno
de esos cantares de las minas andaluzas, sin estorbar a otro que, a pecho
abierto, levantaba hasta el cielo su 'Asturias patria querida'. Y así, hasta la
extrema punta de la popa, unos cientos de hombres que se habían jugado el
destino a cara o cruz, y lo habían perdido. Resultaba terriblemente hermoso. Y
yo sabía entonces que, pasara lo que pasara, ni lo olvidaría ni sería capaz de
describirlo".
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