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lunes, 23 de mayo de 2011

LA FUENTE DE LA CANILLA, TRABAJO DE JOSÉ BENITO LÓPEZ OKARIZ


Durante décadas, José Benito López Okariz escribió diferentes artículos en la memoria anual del Santo Hospital Asilo de San Juan Bautista, en la gran parte de las ocasiones de forma anónima, es decir sin firmar sus trabajos.

Repartió así mismo algunas obras entre sus círculos más cercanos, publicando otras en el tradicional programa de fiestas de la N. Villa de Portugalete.

Muchos de sus trabajos solo son conocidos por un reducido grupo de estudiosos de la historia de Portugalete ya que las ediciones donde se publicaron han sido escasas y en instituciones privadas, es decir sin estar a la venta.

Por este motivo me ha parecido de interés poder acercar uno de esos trabajos para que pueda ser leído por todos los que de manera habitual visitan este blog, uno de los escritos publicados en las memorias del Hospital Asilo, concretamente en la memoria del año 2006.

Espero que el mismo guste y hasta la próxima.

LA FUENTE DE LA CANILLA

En nuestra Noble Villa Marinera hay dos calles (más bien un Paseo y una Calle) que cada una con su propio nombre y cada una por su propio lado discurren juntas pero no revueltas. Sólo están separadas por una línea imaginaria y por una fila de setos. Las dos se inician en un mismo punto y prácticamente terminan en un mismo lugar. Se llaman Paseo de La Canilla y Calle Manuel Calvo, pero para nosotros los portugalujos esa parte entrañable de la Villa es el Muelle Viejo que, cuando todavía no había muelle ni joven, ni viejo y todo era playa, se llamaba Ribera de la Sardina.

Bien, pues la cuestión es que en las pasadas fiestas, vi a un grupo de jóvenes que lucían con orgullo camisetas decoradas con un dibujo impreso, tamaño grande, representando a la fuente pública de hierro ornamental que está casi al principio de la calle, frente al Siglo XX, y un texto también impreso en la camiseta– que decía: "Fuente de la Canilla" y yo... quedé asombrado y ojiboquiabierto pensando para adentro de mi mismo: ¿Quién diablos ha dicho a estos señores que esa fuente que llevan dibujada en la espalda de la camiseta es la Fuente de La Canilla? Pues sí, parece imposible pero hay muchos portugalujos que sólo conocen la Fuente de La Canilla por el nombre y nada más.

Ni siquiera saben dónde está. Pero porque haya jarrilleros que no sepan cuál es la Fuente de La Canilla, no vamos a enfadarnos con ellos, pero sí deben de sufrir la pérdida de su hermoso y distinguido título de "Jarrilleros", porque no se han molestado en preguntar, y sabido es que preguntando se puede llegar a Roma.

Cuando yo era chiquillo, de eso hace mil años, y jugaba en la calle (mi calle era El Ojillo) con mis amigos, y por correr como demonios de un lado para el otro sentíamos sed, íbamos a beber agua al bebedero de La Ranche. En mi calle había fuente pública, pero nosotros éramos del Ojillo Abajo y la fuente estaba en Ojillo Arriba y los chavales del Sur no nos llevábamos muy bien con los del Norte salvo en casos puntuales que se dice ahora por eso recalábamos sedientos en el bebedero de La Ranche para meter nuestro hocico (digo hocico o pudiera decir morro porque el abrevadero, lógicamente estaba destinado al ganado) en las frescas aguas que salían por el rebosadero o haciendo hueco con las palmas de las manos unidas para coger el agua que caía por un tubo grande y vertical pegado a la pared trasera de lo que entonces se llamaba "el comedor de los pobres", que estaba separado del Cuartelón por un camino estrecho pavimentado de rebollos, que unía General Castaños con La Ranche. Pero no siempre ocurría así, había veces que alguno de la cuadrilla decía: ¿Vamos a beber agua a La Canilla? Y allí íbamos corriendo escaleras abajo a la vieja estación de La Canilla porque dentro de ella estaba nuestra famosa Fuente y allí siguen estando sus escasos restos.

He dicho restos, que es menos que ruinas, porque la Fuente de La Canilla, a pesar de su popularidad y prestigio, no era y no es una construcción en piedra de sillería como esa tan bonita y tan abandonada que tenemos en el parque.

No, La Canilla sólo era un tubo, un caño o canilla (de ahí viene su nombre) que saliendo del muro de contención de tierras en el andén de la estación dirección Santurtzi manaba "las más ricas aguas que yo jamás probé" (dijo el poeta), que caían a un pozo como de un metro cuadrado que, aunque dentro del terreno de RENFE pertenecía y me figuro que sigue perteneciendo al patrimonio del pueblo de Portugalete.

¿Y qué pasó con nuestra popular y querida Fuente? Pues pasó que el agua que salía, a caño abierto sin grifo, comenzó a disminuir poco a poco y el tiempo fue pasando y el caudal cada vez era más débil y al final, se perdió o lo dejamos perder de forma ignominiosa y ... allí murió para siempre.

Dicen que los poetas son el alma y a la vez la conciencia de un pueblo y por ello vamos a reseñar, entresacando, una pequeña muestra de lo que han escrito cuatro poetas portugalujos sobre esta Fuente:

Faustino Díaz Gaviño:

...Tus empinadas calles me gustan
más que las que hay en París
y son las aguas de tu Canilla
las más sabrosas que yo bebí.

Julio G. Lumbreras:

...y a la entrada de la Villa
el rincón de la Canilla
con su fuente charlatana
de agua fresca y lozana...

Mario A. Marrodán:

...Fuente de agua, rediviva
la sed calma: La Canilla
que de tal cala proviene
el canto de la bebida.
De ahí procede: La Canilla.

Pedro Heredia:

... Forasteros que no marchan ni en carretilla
porque han probado las ricas aguas de La Canilla....
El que con agua de La Canilla
se refresca el garganchón,
en Portugalete se apolilla
sin razón, sin razón, sin razón.
Que viva la calle el Medio
y la de Santa María
y la calle Coscojales
con la Virgen de la Guía.
Que viva la Noble Villa
y el agua de La Canilla.

Pues habiendo hablado ya los poetas, a mi no me queda más remedio que guardar mi pluma y dar por finalizadas estas modestas líneas en recuerdo de nuestra vieja y querida, pero casi olvidada, FUENTE DE LA CANILLA.

José Benito López Okariz


lunes, 22 de junio de 2009

VOLNEY CONDE PELAYO

Una de los autores locales a rescatar y que a mi entender no se le ha dado la importancia ni la relevancia dentro del mundo de la historiografía local, es sin lugar a dudas Volney Conde Pelayo, autor de varios trabajos sobre historia portugaluja, algunos de los cuales se encuentran reproducidos de manera integra en este blog, y personaje y actor involuntario de los avatares de una época muy convulsa de nuestra pasada historia.


Muchos de sus trabajos se encuentran dispersos en distintas manos si bien de un tiempo a esta parte, desde este blog o desde el reciente artículo de José Benito López Ocariz se empieza a recuperar tanto su memoria como parte de su obra.

En esta ocasión y para ilustrar estas líneas, inserto diferentes imágenes de algunos de sus trabajos, una postal del mismo cuando se encontraba en el campo de concentración de Miranda así como un retrato del mismo, uno de los pocos que se conserva del mismo en la actualidad.



En sucesivas entradas insertaré diferentes documentos escritos por este autor así como otras imágenes del mismo.



Sería interesante que la fundación el Mareómetro, la cual cuenta con medios de todo tipo, incluyera en alguno de sus libros sobre Portugalete un apartado dedicado a Volney y su familia, la cual se ha visto involucrada en el mundo cultural, dentro de sus diferentes campos, desde el pasado siglo XIX hasta la actualidad.
Por cierto, el texto de la tarjeta está escrito en un tono sarcástico y con una clara intención de no alarmar a sus allegados sobre su estancia en este campo de concentración, las condiciones del mismo y su estado de salud.

jueves, 18 de junio de 2009

PUBLICACIONES RECIENTES

Este mes han salido a la luz varias publicaciones en las que aparecen distintos trabajos sobre Portugalete y sobre reconocidos portugalujos. Uno de los mismos aparece en la revista Trueba, una publicación que ya ha editado tres números y que se destaca y afianza en la historiografía actual. Un gran proyecto que esperamos tenga una gran continuidad ya que ha llenado un hueco y que se encuentra abierta a todos los que trabajan desde años en este mundo de la historia, costumbres y demás temas relacionados con las Encartaciones.



El artículo dedicado a nuestra localidad en este último número trata sobre la sociedad jarrillera durante los siglos modernos (1500-1800) y está escrito por Roberto Hernández Gallejones.Un pormenorizado artículo que describe la sociedad, oficios, etc. de esta etapa de la historia portugaluja. Recomiendo la lectura de este estudio así como de los demás artículos que componen este último número, pudiéndose encontrar esta revista en los puntos habituales de venta. Intentemos entre todos que esta revista tenga una vida muy longeva siendo una nueva visión, cercana de la historia de la zona mostrando temas que interesan y gustan a mucha gente de nuestra villa.


El segundo de los artículos relacionados con Portugalete se trata del escrito por José Benito López Ocariz en la memoria anual del Hospital Asilo de San Juan Bautista. El mismo se encuentra dedicada a un determinado periodo de la vida de Volney Conde Pelayo, hijo de Juan José Conde Pelayo más conocido como “el Medico de los Pobres”.
Volney, persona de amplia cultura que obtuvo por oposición la plaza de bibliotecario de la biblioteca de Bilbao, fue al termino de la guerra civil duramente represaliado, pasando varios años de su vida en diferentes campos de concentración, entre ellos el de Miranda.
La memoria del Hospital Asilo se reparte de manera gratuita a un gran número de portugalujos y personas relacionadas con esta institución benéfica, pero como soy consciente de que no va a llegar al conjunto de las personas que están interesados en la historia y costumbres de nuestra localidad, con el beneplácito del autor inserto las imágenes del articulo de mi buen amigo José Benito para el disfrute general.


En otra ocasión ya traje a este blog otro artículo realizado por este mismo autor, persona que ha escrito entre otras publicaciones como el programa oficial de fiestas de Portugalete. José Benito es un gran portugalujo amigo de sus amigos y buena persona, prolífico autor de un gran número de artículos, estudios y reflexiones sobre nuestra villa jarrillera.



Espero que la información que aquí se facilita sea del gusto de todos los portugalujos y personas en general que de manera continua, visitan este blog.

Hasta la próxima.

martes, 13 de enero de 2009

EL BALCON DEL SEÑOR REGINO.


En esta ocasión traigo a este blog un trabajo de un gran amigo y portugalujo, José Benito López Okariz.
José Benito es uno de esos portugalujos enamorados de su tierra, buena persona y buen amigo, durante años me ha ido dejando trabajos sobre cosas de nuestro Portugalete. Nunca le ha gustado el boato ni figurar, siempre ha sido una persona humilde que ha ayudado a todo el que se lo ha solicitado de una manera desinteresada. El único que dio una donación económica para que los boletines de Coscojales continuaran saliendo de la forma que los hacíamos.
Con su permiso traeré a este blog distintos trabajos que este gran portugalujo ha ido realizando durante años. Trabajos que de otra manera solo los leeríamos un reducido grupo de amigos y que bajo mi punto de vista, su particular forma de redactar, tiene que estar al alcance de todos.
Gracias por tu amistad, amigo José Benito.
EL BALCON DEL SEÑOR REGINO.

Según se dice en el diccionario de la real academia, la palabra puente tiene once significados… más o menos distintos. En el primero de ellos se explica que puente es la obra que se construye para poder pasar sobre los ríos.
En la Muy Noble Villa Marinera de Portugalete hay cinco puentes. Cuatro de ellos cruzan el mini río Ballonti y uno la ría del Ibaizabal; mal llamada del Nervión. Con la mano derecha puesta sobre la Biblia y la izquierda levantada, juro que yo no tengo nada contra del Río Nervión que, indudablemente existe como tal río y, además, ahí está sin que nadie pueda negarlo ni moverlo pero, en mi fundamentada opinión, no es el río que forma la ría; solo ayuda a configurarla como cualquiera de los otros afluentes del Ibaizabal. Esta cuestión de Ibaizabal- Nervión siempre origina polémica, pero los estudios sobre orografía, hidrología, hidronimia, pliegues tectónicos, anomalías de la gravedad negativa y positivas en cuencas y cauces, y un largo etcétera de aspectos geográficos, geológicos, sedimentarios y tal y cual, demuestran que el Ibaizabal es el río padre y madre de la ría y el Nervión solo su afluente.
Como razonar sobre todos estos complicados temas resultaría muy largo, dejaremos el asunto para otra ocasión en la cual tengamos más tiempo, más papel y mejor bolígrafo. Además, aquí y ahora, yo solo quiero contar una pequeña pero verídica, original y simpática anécdota que ocurrió años ha dentro de ese ambiente tan portugalujo que hay en la popular Calle Coscojales. Por mejor y más completo nombre: Fray Martín Pérez de Coscojales.
El motivo de recordar la anécdota mencionada, ha sido la contemplación de una antigua fotografía de la barquilla del Puente Colgante realizada en el año 1917. Todos sabemos que las viejas fotografías son curiosas, evocadoras, informativas e, incluso, pueden resultar entrañables. La “foto” a la cual nos referimos es una de las más características entre las antiguas que se conservan del Puente Vizcaya. Se trata de un primer plano, bien enmarcado, de uno de los frentes de la primitiva barquilla en movimiento. Se hizo de cerca y permite ver claramente a la mayor parte de las doce personas que van en ella. Si detallamos un poco más vemos que en el centro de la barquilla está ocupada por un carro del cual tira, cuando rueda, un caballo (mulo diría yo). En primera fila y detrás de la valla de cierre están, como principales protagonistas de la fotografía, el dueño del carro y el empleado interventor del Puente que, tocado con gorra de visera y atento a la seguridad de los viajeros, apoya su mano derecha sobre el cierre de la puerta.
Bien, pues ese señor tan bien alimentado y, además, ser buena persona (ya se sabe que casi todos los gordos son buena gente), se llamaba Don Regino Urdiain y es el protagonista del suceso que vamos a referir tal y como sucedió.
El Sr. Regino era de origen navarro, pero los muchos años de vivir en Portugalete habían hecho de él un portugalujo de corazón. Residía en el Nº 7 de la calle Coscojales y un detalle distinguía a su casa: su balcón siempre estaba alegre y florido. Tan satisfecho estaba el hombre de su balcón que en él puso un letrerito que decía “SEÑORIO DE VIZCAYA”.
Dicho lo anterior ocurrió que, en uno de aquellos años de la segunda década del siglo que pronto va a terminar, el ayuntamiento de la villa dispuso que, entre los festejos programados para la celebración de la Virgen de la Guía (tan apreciada y venerada en Portugalete, principalmente en Coscojales donde tiene su hornacina), hubiera uno dedicado a concurso de engalanar balcones. Cuando nuestro amigo Regino se enteró de ello, consideró que tal concurso era un desafío para él y para su balcón y, como hombre que era de firme carácter navarro y recia voluntad portugaluja, decidió participar en el certamen y ganarlo de forma clara, dejando a sus competidores a diez traineras por popa. Para ello mejoró el balcón con más plantas, flores, ramaje, guirnaldas, banderitas y todos esos ornamentos que se emplean para tales menesteres. ¡El triunfo no se le podía escapar!
Además, como pincelada original y apabullante de victoria firmada y rubricada, hizo lo que sigue: En tiempo oportunamente cercano al paso por la calle del jurado calificador, subió a un burrito por la escalera, hasta su casa, que bien enjaezado y peripuesto fue instalado en el centro del florido balcón y cuando los señores examinadores miraron hacia arriba para puntuar aquella especie de jardín que, por encima de sus cabezas se asomaba a la calle, el señor Regino tiró suavemente de la cola del burrillo que, ante tal señal, obsequió al jurado con un breve, pero bien orquestado concierto de suaves y melodiosos rebuznos que les dejó ojiboquiabiertos de admiración. Le dieron el PRIMER PREMIO. Sin discusión. Por unanimidad.
Si alguien me pregunta cómo subió el señor Urdiain el burrito por la escalera, yo le digo que la historia no lo dice pero, dejando aparte que Regino era navarrico, todos sabemos, incluidos los que nunca hemos hecho la prueba de subir un burro por la escalera, que es más fácil subirlo hasta el primer piso que hasta el séptimo. Urdiain vivía en el siguiente al primero. Además, es seguro que el Sr. Regino era buen conocedor de toda clase de caballerías, porque en aquellos tiempos en los cuales desarrollaba su actividad como empleado en el Transbordador de Vizcaya, había pocos coches con motor a gasolina, pero eran muchos los carros que, movidos por cuadrúpedos a poca avena y mucha hierba rumiada gratis en campas libres, utilizaban el transbordador para cruzar la ría, y es lógico pensar que nuestro activo interventor tuviera buena mano para caballos, burros, y mulos y que, además, éstos sintieran por él un fuerte y justificado aprecio por el buen trato que les daba en las operaciones de embarque y desembarque de la barquilla.
Como prueba que garantiza lo que digo, podernos fijarlos en la cariñosa mirada que el mulo, retratado en la fotografía, dirige al Sr. Urdiain. Casi, casi, parece estar diciéndole: ¡ Que buen hombre eres Regino!. Y ¡Cuánto sabes de nosotros los sufridos animales de carga!
¿Verdad que sí parece lo que digo?
Bueno, pues ya está contada la pequeña historia del balcón de Coscojales y de esa clase de fotografía de la barquilla transbordadora que, además de estar presente en todas las colecciones de los aficionados a las fotografías antiguas de Portugalete y Las Arenas, también podemos verla en compañía de otras viejas fotos del puente, decorando las paredes de diversos establecimientos (principalmente hosteleros). En la cafetería Kaixo, a dos pasos del transbordador en la margen derecha, hay una esplendida reproducción de ella.
Ahora, y para terminar, quiero decir que la información necesaria para componer este relato, me ha sido proporcionada por mis buenos amigos Adrián (nieto del protagonista de la anécdota), Eduardo de Benito y Gaizka Aróstegui. Muchas gracias a los tres.

José Benito López Okariz.