Una de las facetas más interesantes de la historia de Portugalete es poder leer la opinión que causaban nuestros convecinos en el pasado a la vista de viajeros de otros países que recalaban por distintas circunstancias en nuestra localidad.
Uno de esos viajeros que dejó en un libro su paso por Portugalete, se trata del diplomático peruano Pedro Paz Soldán y Unanue (1839-1895) el cual en su libro “Memorias de un Viajero Peruano. Apuntes y Recuerdos de Europa y Oriente (1859-1863)”, narra su paso por nuestra localidad así como por pueblos cercanos durante un viaje efectuado a mediados de los años 50 del pasado siglo XIX.
En el capitulo segundo de su obra narrativa cuenta como su primera excursión una vez asentado en Bilbao la realiza hasta Portugalete, localidad que dista “más de dos leguas de Bilbao y como su puerto fue el objeto de mi primera excursión. Una mañana a las diez nos embarcamos para él en un bote que se empeño en proporcionarnos un amigo, y con intención de seguir hasta Algorta, en donde, como en Bilbao, teníamos interés en visitar familias españolas, por todas las cuales fui acogido y agasajado casi con alborozo”.
En otros de los párrafos cuenta las peripecias de este viaje así como los incidentes que les suceden a la altura del puente de luchana y su llegada hasta Portugalete a pie, andando más de una legua entre pedregales y atolladeros.
Posteriormente cita su paso hasta Algorta a pié por los arenales y sus visitas a familiares de ciudadanos de la zona que se encontraban en Lima.
Este trabajo resulta muy interesante su lectura, ofreciéndonos de primera mano paisajes, vivencias y avatares de un testigo que sabe plasmar con gran realismo en su trabajo lo que el mismo observa en este periplo.
Uno de esos viajeros que dejó en un libro su paso por Portugalete, se trata del diplomático peruano Pedro Paz Soldán y Unanue (1839-1895) el cual en su libro “Memorias de un Viajero Peruano. Apuntes y Recuerdos de Europa y Oriente (1859-1863)”, narra su paso por nuestra localidad así como por pueblos cercanos durante un viaje efectuado a mediados de los años 50 del pasado siglo XIX.
En el capitulo segundo de su obra narrativa cuenta como su primera excursión una vez asentado en Bilbao la realiza hasta Portugalete, localidad que dista “más de dos leguas de Bilbao y como su puerto fue el objeto de mi primera excursión. Una mañana a las diez nos embarcamos para él en un bote que se empeño en proporcionarnos un amigo, y con intención de seguir hasta Algorta, en donde, como en Bilbao, teníamos interés en visitar familias españolas, por todas las cuales fui acogido y agasajado casi con alborozo”.
En otros de los párrafos cuenta las peripecias de este viaje así como los incidentes que les suceden a la altura del puente de luchana y su llegada hasta Portugalete a pie, andando más de una legua entre pedregales y atolladeros.
Posteriormente cita su paso hasta Algorta a pié por los arenales y sus visitas a familiares de ciudadanos de la zona que se encontraban en Lima.
Este trabajo resulta muy interesante su lectura, ofreciéndonos de primera mano paisajes, vivencias y avatares de un testigo que sabe plasmar con gran realismo en su trabajo lo que el mismo observa en este periplo.
Hasta la próxima.
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