En breves fechas se producirá el 75 aniversario de los últimos momentos de la guerra civil en la localidad de Portugalete, un periodo de la historia de nuestra villa que resulta atractivo para un estudio en profundidad una vez transcurridos ¾ de siglo pero muy doloroso para todos los que lo vivieron de cerca.
Desde que los generales Franco, Mola, Queipo de Llano y el resto de los militares que le acompañan dan el golpe de estado contra el gobierno de la república hasta la toma de la villa el 22 de junio de 1937 transcurre cerca de un año en los que los rigores de la contienda se sufren sobre todo en los últimos meses en conflicto.
Estos últimos instantes siempre son confusos y muy peligrosos. Los desmanes, los ajustes de cuentas o la toma de la justicia por cuenta de propios o extraños son actos frecuentes en los momentos en que no se sabe a quien pertenece una zona, no existe una autoridad clara o hay un claro revanchismo por las personas que han permanecido ocultas cuando los acontecimientos políticos no eran acordes a su ideología.
Sobre estos últimos instantes existen diferentes referencias que comenzaron a escribirse casi en los mismos momentos en los que el gobierno y autoridad local cambiaban de manos.
Los sucesos que se relatan también tienen la impronta personal de la ideología de las personas que vivieron los mismos, incluso si estos lucharon en el mismo bando y bajo las mismas banderas.
Dentro del campo militar podemos encontrar referencias de la contienda en la villa en los trabajos de distintos autores, algunos de los mismos con importantes responsabilidades dentro de organizaciones del momento. Uno de estos, Bruno Alonso González, comisario de la flota de la república, diputado socialista y uno de los principales dirigentes obreros cántabros de la época, cuenta en uno de sus trabajos como llega a Bilbao cuando el Gobierno Vasco se marcha de la capital vizcaína para instalarse en Villaverde de Trucios.
"Al día siguiente emprende la ruta de madrugada hasta Portugalete encontrándose las calles desiertas y contando más de noventa aviones que sobrevuelan el cielo. En Portugalete arrojan parte de su carga contra el Puente Colgante, sin hacer blanco. Desesperado de no encontrar un alma, finalmente desde el muelle del Abra divisa una lancha que sale a toda velocidad en dirección a mar abierto. Se trata de una lancha de pescadores de Colindres que le conocen y que habían entrado de arribada el día anterior y al ver lo que ocurría huían de la zona. "
Otro de los relatos de los sucesos durante los últimos instantes de la guerra en Portugalete los encontramos en los diarios de José Manuel Mendizabal “Mañul” miembro del batallón nacionalista Saseta.
“Mañul” cuenta como el día 15 de junio de 1937 le ordenan retirarse hasta Portugalete donde ocuparan diversas posiciones frente a las tropas italianas que se encuentran ya en Las Arenas. “Varias veces al día la aviación bombardea el Puente Colgante con la sana intención de cargárselo. Nunca lo alcanzan. En una de las incursiones matan a tres de nuestra sección. En cambio los italianos de enfrente no han disparado ni un solo tiro.”
Al parecer a “Mañul” le ordenan colocar una de sus ametralladoras en lo alto del Puente de Portugalete a lo que respondió que subiera primero el que tuvo la idea.
El día 16 sufren un ataque desde Las Arenas y se bombardea nuevamente el Puente Vizcaya además de los cuarteles de los batallones Saseta y Ariztimuño ardiendo este último y falleciendo tres gudaris del Saseta. El vehículo del Capitán queda completamente destrozado.
A las 11 de la mañana de ese día parten hacia el frente.
El 20 de junio regresa nuevamente hasta Portugalete manifestando que ese día no vuela la aviación. A las 12:30 de la noche vuelan el Puente Colgante.
En este trabajo se narra así mismo la suerte que corren algunos de los prisioneros portugalujos capturados por las tropas franquistas. Indica como el viernes 27 de mayo de 1938 es “ajusticiado” un preso de Portugalete de apellido Mendiola y como en el penal de Burgos se encuentra preso Domingo Uriagereca, residente en la Calle Casilda Iturrizar Nº 2, 3 izquierda de Portugalete.
Otros trabajos como el escrito por Jesús Laínz narra como varios batallones se pasan al enemigo franquista en los últimos momentos, entre ellos los que tenían que defender nuestra localidad en esos momentos. Esta parte, conocida como “El Pacto de Bilbao” esta siendo investigada en profundidad por varios historiadores estando a punto de ver la luz alguno de estos trabajos sobre el tema.
Tras la toma de la villa, las ejecuciones en procesos sumarios no se hacen esperar. El 6 de septiembre de 1937 son fusilados los guardias municipales de Portugalete Amos Ordoñez Sesma de 44 años y Fortunato Niño Abad.
De este periodo existen gran
número de documentos y testimonios todavía por publicar, espero que esta
pequeña introducción guste y hasta la próxima.
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